Fue en el marco de un programa piloto de reintroducción de la especie.

El gobierno de la provincia de Santa Fe, a través de los ministerios de Medio Ambiente y de la Producción, liberó cinco monos carayá (Alouatta Caraya). Fue en un área natural protegida del departamento General Obligado. La liberación se realizó en el marco de un programa piloto de reintroducción de la especie.

Estrategia de liberación

El subsecretario de Recursos Naturales, Alejandro Larriera, señaló que “en la Granja La Esmeralda se encontraba un grupo de monos carayá. Tenían diferentes orígenes pero con características potenciales para su liberación. Se hizo una búsqueda de lugares con las características más apropiadas. Y se seleccionó un campo en la localidad de Villa Guillermina (departamento General Obligado), con un hábitat apto para una recepción favorable de los monos”.

Los ejemplares serán monitoreados mediante estudios estratégicamente diseñados de avistajes. Lo harán profesionales y pobladores locales con búsquedas de indicios y captura de imágenes tomadas con cámaras trampa”.

El objetivo es disminuir los impactos negativos que podrían generarse al introducir ejemplares externos en una población previamente establecida. Por eso los animales fueron liberados en un espacio que reúne determinados requisitos. Como tener bosques conservados, ubicarse dentro del área de distribución de la especie, no poseer poblaciones de monos preexistentes y contener especies de las que puedan alimentarse, entre otros.

Experiencias preliminares

En ese sentido, Pablo Siroski, de la dirección General de Manejo Sustentable de Fauna del Ministerio de Medio Ambiente, señaló que “estas experiencias son preliminares en estas especies. Pero han sido exitosas en otros casos como tortugas de tierra y cardenales amarillos. La translocación de individuos de especies silvestres es considerada una medida paliativa que tiene por objeto la restauración de los mismos a sus hábitats naturales. Y brindar una solución parcial a los problemas mencionados sobre las especies cautivas, ofreciendo así una medida atenuante de las consecuencias del tráfico de fauna”.

El trabajo realizado por los equipos de ambos ministerios cuenta con el asesoramiento de investigadores e instituciones nacionales referentes en primatología (Aprima). Y la participación del especialista Gustavo Rotta. Favorece la reincorporación de un componente considerado perdido para la naturaleza apoyando al restablecimiento del equilibrio ecológico. A su vez, minimizando los efectos secundarios. Pero no soluciona el problema de base, lo que hace suponer que si no existe una reversión conceptual del mismo, seguirán apareciendo especies posiblemente destinadas a pasar su vida en cautividad”.

Pérdida de biodiversidad

Entre las causas más importantes que ponen en peligro la biodiversidad, se encuentran el tráfico ilegal de la fauna, la pérdida de hábitat, la introducción de especies exóticas invasoras, la caza furtiva y el mascotismo.

La adquisición de los animales se realiza en general por desconocimiento del impacto que genera en la vida del propio animal. La mayoría de los monos capturados no llegan a ser expuestos para la venta. En los casos en que sobreviven, los compradores desconocen información sobre la especie. Como su tamaño máximo, el comportamiento, la agresividad generada por vivir en ambientes inadecuados y culminan en muchos casos siendo abandonados, o bien, entregados a centros de rescate o zoológicos.

En ese sentido, Larriera agregó que “estas albergan un número creciente de animales a partir de numerosos ingresos de diferentes orígenes (incautaciones, entregas por parte de particulares, accidentes, entre otros). Conlleva la necesidad de generar acciones al respecto. En la Estación Zoológica Experimental La Esmeralda los animales son atendidos por un grupo de profesionales. Y, luego de una serie de evaluaciones físicas y comportamentales, se trabaja en el ensamble de una familia y se evalúa si el grupo se encuentra apto para la liberación”.

Plan nacional para la conservación de primates

Las cinco especies de primates que viven en la Argentina están en riesgo de extinción. Y ahora tienen una estrategia para asegurar su supervivencia. El mono aullador rojo (Alouatta guariba clamitans) es el más comprometido y se considera en peligro crítico. Mientras que el carayá (Alouatta caraya), el mirikiná (Aotus azarae), el caí negro (Sapajus nigritus) y el caí de las yungas (Sapajus cay) se encuentran en estado vulnerable.

Agentes públicos, investigadores y representantes de ONGs consolidaron el primer Plan de Conservación de Primates de la Argentina. Fue en un taller participativo realizado en la ciudad de Corrientes en marzo. Constituyéndose el proyecto de liberación de familias ensambladas de Carayá que lleva adelante Santa Fe, en un ejemplo a seguir en las otras provincias.