Referentes y abogadas quieren reformar la ley nacional. Buscan endurecer penas y crear un registro de personas condenadas.

En Rosario hay alrededor de cinco denuncias por semana por casos de maltrato animal. Protectoras y abogadas rosarinas están al frente de la reforma de la ley nacional. Buscan, principalmente, aumentar penas, tipificar la diferencia entre maltrato y crueldad. También enar el abandono y crear un registro de condenados por maltrato para inhabilitarlos de volver a adoptar o comprar un animal.

Ante la consulta sobre el tema, la fiscal Mariela Oliva, al frente de la Unidad de Salidas Alternativas (a cargo de la oficina de maltrato animal), indicó que hay alrededor de cinco denuncias por semana en la ciudad.

Como dato no menor, agregó que muchos casos que se acercan a la Fiscalía no poseen una evidencia concreta. Por lo que no pueden avanzar en la investigación de algunos hechos.

Cambios

Actualmente se busca reformar la ley 14.346 (más conocida como "ley Sarmiento"). Impone penas para quien maltrate o cometa actos de crueldad contra animales. Por ello, hay once proyectos que buscan confluir en la mejor legislación posible para reformarla.

Las penas que se contemplan en la actualidad son de prisión condicional de 15 días a un año o la realización de tareas comunitarias.

Esta última pena le fue impuesta al hombre que en enero de 2015 atacó brutalmente y mató al perro Guazuncho, una mascota comunitaria de barrio Matheu. En la actualidad, está por finalizar su condena (ver aparte).

Especialistas de la ciudad que encabezan el proceso de reforma de la ley afirmaron que leyeron cosas insólitas en los proyectos presentados en la Cámara Baja nacional.

Entre sus puntos, algunos hablaron de "considerar maltrato el no haber cariño suficiente", algo de por sí incomprobable, o la "crueldad innecesaria".

La presidenta de la Asociación Protectora Rosario, Verónica López Nordio, expresó que "la ley actual tiene 64 años y es pionera en Latinoamérica, pero es ambigua: en un punto trata a los animales como víctimas; pero en otro, como cosas".

Por eso, afirmó que uno de los temas más importantes es "conservar el espíritu de la ley, es decir que el bien jurídico protegido es el animal".

"Lo primero que se pide es que las penas sean mayores. Hoy, si pateás, matás o le hacés lo que querés a un perro, hay de 15 días a un año de prisión condicional. Y si no tenés antecedentes, no pasa nada", expresó López Nordio, que disertó recientemente en la Cámara de Diputados de la Nación en el debate para reformar la ley.

Respecto a las penas, la referente animalista dijo que dentro de las limitaciones que existen "sólo se pena lo doloso (que se hace con intención)", pero en casos de abandono o hacinamiento no hay penas que valgan.

"Si tenés 30 perros enjaulados porque decís que los salvaste, tampoco pasa nada. Vamos por eso, por los hechos culposos (sin intención)", explicó.

Registro y abandono

Además de buscar tipificar "la diferenciación entre actos de maltrato y actos de crueldad", los impulsores de la reforma de la ley 14.346 también van por la creación de un registro de condenados por maltrato animal para imposibilitarlos de por vida para comprar o adoptar animales.

"Es uno de los puntos más importantes porque hoy si maltratás a un animal, hacés trabajos comunitarios y podés volver a adoptar o comprar un perro, por ejemplo. Estamos pidiendo, en las penalidades accesorias de la ley, que la persona condenada por maltrato no tenga nunca más un animal", detalló.

Esta posibilidad fue reafirmada por la abogada Natalia Espíndola, miembro del Instituto del Derecho Animal del Colegio de Abogados de Rosario. La equiparó con el "registro de deudores alimentarios morosos".

"Con esta medida, podés trabar administrativamente a quien figure en el registro. La pena la puede tener en cuanto a un tribunal de faltas acá por estar juzgado por un delito penal", explicó Espíndola, quien también disertó en las comisiones de la Cámara de Diputados nacional para reformar la ley.

La abogada contó que esto es "una posibilidad" dentro del proyecto y que un registro como este ya existe en España: "Como pena accesoria, quien maltrate y sea incluido en el registro tiene la imposibilidad de ejercer tenencia sobre otro animal, que es algo que acá no hay. Porque, si no, vos adoptás, cometés el delito y después podés tener otro animal sin problemas".

Detalló también que estas penas accesorias se suman a las eventuales condenas a prisión o multas que deriven de los actos de los sujetos acusados y que pueden variar según la condición de los mismos.

"Con esto, aparte de aplicar las penalidades principales (prisión o multas), los actos pueden conllevar la aplicación de una inhabilitación. Por ejemplo, si un veterinario hace uso indebido o abuso de su profesión, o una persona que trabaja con animales incurre en un delito contra un animal, se debe sancionar aparte para que no puedan ejercer más de eso", ejemplificó la letrada.

Maltrato

Espíndola manifestó la importancia de que se formalice este proceso de eventuales penas ya que, consideró, "hoy por hoy, la condena está siendo social y no es lo adecuado".

"Hay que correrse de esa postura y empezar a tratar de que las cosas se hagan por la vía de la formalidad. Si no, la condena es por Facebook", agregó en referencia al gran número de escraches que se ven en redes sociales.

Otra de las cuestiones centrales de las nuevas disposiciones que se pretenden incluir en la ley vigente es penar el abandono de animales. Algo que, según López Nordio, se intensificó en el último tiempo debido a la situación económica que se vive en el país desde hace un tiempo (ver aparte).

Retomando el tema central sobre la reforma de la ley Sarmiento, la referente animalista manifestó: "El maltrato no sólo es físico. Tener a tu perro bien alimentado pero que viva en un patio mínimo, de 1.5 por 1.5 metro por ejemplo, también es maltrato. Eso también hay que buscar incorporarlo a la nueva ley".

La fiscal Oliva remarcó que aquellas personas que se acerquen a realizar una denuncia por maltrato animal al Ministerio Público de la Acusación deben aportar todos los datos posibles y concretos para que las investigaciones puedan avanzar y, así, se puedan esclarecer la mayor cantidad de hechos posibles.