Según un estudio reciente de la consultora Euromonitor International, durante el 2019 se consumieron en todo el mundo un total de 480 mil millones de botellas de plástico.

Las consecuencias son prácticas: el cambio climático, la contaminación de los océanos y la cantidad de basura

Estas botellas, en formato grande o pequeño, se reciclen o se desechen en el cesto con el resto de la basura, tienen una sustancia en su composición, conocida como BPA (por sus siglas en inglés). La misma contamina no solo el medio ambiente sino que es perjudicial para el cuerpo de quien la consuma y, especialmente, afecta a los bebés y niños en etapa de crecimiento.

El bisfenol A, la sustancia química de los plásticos de polietileno, en inglés PET, deja rastros en el cuerpo. Trastornos en el comportamiento, afección en el cerebro, y posible impacto sobre la glándula de la próstata, en especial, en los más chicos.

Un millón de botellas por minuto es el promedio según el estudio. Si bien es verdad que las acciones de reciclado han avanzado en todo el mundo, ya sea de parte de los gobiernos, la sociedad civil y las iniciativas privadas, todavía es un problema inminente y urgente de atender. Las consecuencias son prácticas: el cambio climático, la contaminación de los océanos y la cantidad de basura en las ciudades avanza minuto a minuto. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, el mar mediterráneo contiene 1,25 millones de microplástico, pequeñas partículas de plástico contaminante, por kilómetro cuadrado

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La marca SodaStream, con sede central en Israel, utiliza para sus productos plástico reutilizable sin BPA. Tanto las botellas como la máquina de hacer soda están fabricadas con este tipo de materia prima. Y, gracias a ello, según un estudio mundial de la marca, entre 2017 y 2018 logró reducir 6,3 millones de botellas de plástico entre los países que más consumen el producto: Alemania, Estados Unidos y Francia, en los primeros lugares.