La propuesta del oficialismo cuenta con la media sanción del Senado pero ahora sacan números y deberían hacer algún cambio para convencer a propios y ajenos.

Después varias dilaciones, el proyecto de ley de financiamiento electoral llegará el miércoles a la Cámara de Diputados. Nacido del escándalo por los aportantes truchos de Cambiemos y a tres meses de las PASO, el oficialismo saca cuentaspara asegurarse los votos en la sesión.

La iniciativa elimina la prohibición sobre los aportes empresarios y tuvo media sanción en el Senado el 16 de abril mediante un acuerdo del oficialismo con la bancada justicialista que encabeza Miguel Pichetto.

Sin embargo, el interbloque Argentina Federal en la Cámara baja no tiene un comportamiento demasiado orgánico. A eso hay que sumarle la incertidumbre sobre el sentido del voto del Frente Renovador.

Para llegar a los 129 votos positivos indispensables, es posible que Cambiemos deba incorporar algún cambio para convencer, incluso, a un sector de sus propias filas. Un caso podría ser la siempre explosiva y polémica Elisa Carrió, quien hace tiempo declara que está en contra de habilitar los aportes empresarios.

La líder de la Coalición Cívica ya le había dado un dolor de cabeza a Cambiemos en diciembre del año pasado, cuando la publicación sus diferencias con el proyecto oficial consiguieron voltear el debate.

Pasados unos meses, las tensiones de Carrió con los líderes del PRO aflojaron a tal punto que la chaqueña ya adelantó que va a votar a favor del proyecto en general, y luego discutir en el articulado la cuestión de las contribuciones de personas jurídicas.

En la vereda de enfrente, el kirchnerismo, Red por Argentina y el Frente de Izquierda, en cambio, ya fijaron postura en contra del proyecto.

El Gobierno pidió expresamente la aprobación en el corto plazo de esta propuesta porque quiere que la reforma esté vigente para el proceso electoral de este año.