Se trata del ácido láctico, que se utiliza, entre otras cosas, para producir un plástico biodegradable. Una científica rosarina lidera la investigación.

Una investigadora rosarina está estudiando la reutilización de desechos de la producción de zanahoria. Es para producir ácido láctico, que tiene múltiples aplicaciones industriales y en la actualidad se obtiene mediante importación. En efecto, si bien puede aplicarse en muchas industrias como la alimenticia, la química y la farmacéutica, también se utiliza como materia prima para la producción del ácido poliláctico, que es un plástico biodegradable.

La investigación

Se trata de Adriana Clementz, quien trabaja en el Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos del Conicet en Rosario.

Clementz desarrolló su doctorado del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape, Conicet-UNL). Allí formó parte de un grupo de investigación que estudia el aprovechamiento de los descartes de zanahoria para la producción de bioetanol. Y está dirigido por el investigador del Conicet Juan Yori, quien actualmente es su co-director.

En este momento, con la colaboración de Diana Romanini, Clementz comenzó una línea nueva de investigación. La misma dedicada a conocer las potencialidades de los desechos de zanahoria y el aprovechamiento de lo que se descarta para la producción de ácido láctico.

La investigación no es menor si se tiene en cuenta que la producción anual de zanahoria en Argentina supera las 240 mil toneladas. Y se concentra en cinco provincias: Catamarca, Santiago del Estero, Mendoza, Buenos Aires y Santa Fe.

Procesos

Según se consignó en la página oficial del Conicet, luego de la cosecha, las zanahorias se trasladan a la planta de empaque, donde se lavan y clasifican. Es en ese momento del proceso donde todos aquellos ejemplares que no cumplen con los requisitos impuestos por el mercado consumidor se descartan. Lo que representa por día entre 80 y 100 toneladas de zanahorias que se desechan en Santa Fe. Y se acumulan en el medio ambiente, lo cual es altamente contaminante.

"Las zanahorias sin el tamaño adecuado, con raíces bifurcadas, pálidas, florecidas prematuramente se trasladan y desechan en los campos más cercanos. Se supone que el destino de este descarte es el consumo animal. Pero sólo se llega a aprovechar un 10 por ciento. Todo lo demás queda en los campos y esa situación también se repite en las otras zonas de productoras del país" explica Clementz.

"Es muy importante el trabajo de revalorizar la zanahoria. Porque además de la pérdida económica que representa para el productor, el desecho de alimentos que son aptos para el consumo, también implica contaminación ambiental. Debido a que el descarte queda allí deteriorando el suelo y provocando malos olores a raíz de su a su descomposición", indica la investigadora.

Así, según se consigna en el sitio oficial del Conicet, esta problemática fue el puntapié inicial con el que se realizaron numerosos trabajos de investigación. Y dieron como resultado el desarrollo de dos patentes de invención sobre la revalorización de los subproductos de la zanahoria y una vez instalada en Rosario, se inicie la línea de la producción de ácido láctico.

Avances

"Empezamos hace muy poco, pero estamos alcanzando un rendimiento de un 60 por ciento, eso quiere decir que de 100 toneladas de zanahoria podemos conseguir 5 mil litros de ácido láctico. Estamos trabajando para aumentar mucho más el rendimiento", remarca Clementz.

En efecto, el grupo de investigación está probando diferentes bacterias lácticas para poder producir el ácido y en este momento están evaluando utilizar las bacterias propias de la zahoria, es decir, se podría usar el mismo descarte y aprovechar al máximo el cultivo.