Hace algunas semanas, en TN Tecno dimos cuenta de reportes que acusaron a Amazon de espiar las conversaciones con el asistente virtual que incluyen productos de la compañía. Según contamos, la empresa emplea miles de personas que escuchan y transcriben los comandos verbales dirigidos a Alexa.

Ahora, un nuevo informe agrega cuestionamientos a las políticas de privacidad de la firma de Jeff Bezos. Al parecer, los servidores de Amazon conservan las conversaciones con Alexa, incluso cuando los usuarios borran los audios.

Asistencia y privacidad

Tal como explica Cnet, las “charlas” con el asistente personal de Amazon se almacenan. Los usuarios pueden acceder a ellas desde una app móvil y también es posible borrarlas.

El inconveniente que genera urticaria a los defensores de la privacidad es que si bien es posible eliminar los audios, las transcripciones (en formato de texto) permanecen bajo el dominio de la empresa, señala la fuente.

Además, no hay una opción para que los usuarios puedan eliminar esos textos.

Amazon comercializa Echo Dot Kids como un dispositivo para educar y entretener a los niños, pero el verdadero propósito es acumular un tesoro de datos confidenciales que se niegan a ceder incluso cuando los padres se lo piden”, dijo el líder de una organización que defiende la privacidad de los menores de edad.
Como respuesta a esta acusación, desde Amazon comentaron lo siguiente: “Cuando un cliente elimina una grabación de voz, nosotros también eliminamos la transcripción de texto correspondiente asociada con su cuenta de nuestros sistemas principales de Alexa y de muchos subsistemas”.

Ahora bien, ¿por qué dicen “muchos subsistemas” y no “todos los subsistemas”? En las declaraciones de la empresa queda en evidencia que las conversaciones no se eliminan completamente. De hecho, sobre el final del comentario dicen: “Estamos trabajando para eliminar (las conversaciones) de los subsistemas restantes”.

Además, no explicaron cómo los usuarios pueden acceder a esos archivos, para eliminarlos si así lo desean. Frente a las anteriores acusaciones, había indicado un vocero de Amazon: “Nos tomamos muy en serio la seguridad y privacidad de la información personal de nuestros clientes. Solamente anotamos un número extremadamente pequeño de interacciones, de un conjunto aleatorio de clientes para mejorar la experiencia del cliente”.

Quejas elevadas

¿Es suficiente alegar que conservan información y conversaciones de los usuarios para “mejorar la experiencia” de sus sistemas? No lo es para organizaciones que defienden la privacidad.

Ante la divulgación de casos en los que Amazon conserva conversaciones de nenes con Alexa (en altavoces diseñados para usuarios pequeños), grupos pro-privacidad llevaron un pedido a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FCC) exigiendo revisiones en los productos de Amazon destinados a nenes.

“Amazon comercializa Echo Dot Kids como un dispositivo para educar y entretener a los niños, pero el verdadero propósito es acumular un tesoro de datos confidenciales que se niegan a ceder incluso cuando los padres se lo piden”, dijo Josh Golin, líder de la Campaña por una Infancia Libre de Anuncios (CCFC).

La carta presentada ante la mencionada autoridad también es firmada como el Centro para la Democracia Digital (CDD).