Al líder del Frente Renovador se le acaba el tiempo y está siendo presionado tanto por el macrismo como por el kirchnerismo, espacio con el que está más cerca. El pedido clave: lugares para su gente.

 

Las negociaciones entre Sergio Massa y Unidad Ciudadana-PJ están encaminadas. Tanto
Alberto Fernández, precandidato presidencial por el kirchnerismo, y Luis Gioja, presidente del Partido Justicialista, dijeron públicamente que querían que el líder del Frente Renovador se sume a un gran frente peronista para combatir a Mauricio Macri en las elecciones. Massa no se define y se le acaba el tiempo: lo apuran desde el Gobierno y tiene plazo hasta el miércoles para decidirse si se suma a Unidad Ciudadana.

Lo cierto es que el ex intendente de Tigre está más cerca de unirse al gran frente
peronista pero pide dos condiciones: la primera tiene que ver con competir con una
propuesta propia en las PASO, la segunda tiene que ver con las bancas; quiere mantener
a sus intendentes y asegurarse un número de diputados en la repartija de cargos
legislativos, informa Clarín.

Según informa el citado medio, Massa cree poder hacer una elección "digna" en las primarias y cree que le serviría tener un discurso relativamente independiente del kirchnerismo más duro.

En ese sentido, es clave quién lo secundará en la fórmula: piensa en Natalia De la Sota, hija del fallecido ex gobernador, quien también suena como posible candidata de Cambiemos.

Otro tema importante para el líder del Frente Renovador es poder meter a su gente en la
coalición peronista. Quiere mantener los 10 intendentes bonaerenses que dice tener y
quiere impulsar a su esposa, Malena Galmarini, como candidata para el partido de Tigre, pese a que Julio Zamora rankea mejor (42 contra 15).

En el mismo sentido, Massa quiere un diputado provincial por la Buenos Aires y tres
diputados nacionales, también por la Provincia.

Si las condiciones del ex intendente tigrense se cumplen, muy probablemente se sume al
espacio pejotista-K, que aún no tiene nombre confirmado.