Alfredo Ramírez marcó el penal que le dio el ascenso a Central Córdoba. El volante, al final del partido, recordó entre lágrimas la difícil situación que atravesó en el nacimiento de su hijo.

“Mi hijo nació con una fisura de labio y la pasamos mal con mi señora, pero siempre seguimos adelante, intentamos darle la mejor calidad de vida y hoy es un león. Está más fuerte que nunca, mi hija Delfina también. No puedo dejar de pensar en ellos. Le prometí a mi señora que iba a ascender a Primera División. Los amo, son la nafta que llevo en mi cuerpo para seguir adelante. A mi viejo también, que perdió a mi abuela un mes antes de casarme, yo me casé en diciembre. Se lo dedico a mi viejo que en todo momento la tiene a ella presente”, recordó la “Oveja”.

Luego, el volante contó por qué pidió patear el quinto penal. En la semifinal de ida, ante Almagro, el volante falló un penal con el partido 2- 1 a favor. Y esta vez tuvo revancha.

“Pedí el quinto penal. Sabía que podía ser el penal decisivo de la serie. Fui seguro y tranquilo. Me parece que hay cosas más importantes que un penal, como la familia. Cómo voy a tener miedo de pedir un quinto penal si hay gente que por ahí no llega a fin de mes y que la rema cada día? ¿Cómo no lo voy a hacer si hay personas sufriendo por alguna enfermedad o por un hijo? Esas son cosas importantes. Y más que un penal”, aseguró ayer el “Pelado”.

“No sé si fue el penal mejor pateado del año, ja. Lo que sí sé es que fui con la convicción de patear cruzado y arriba. Nunca dudé. Nunca me temblaron las piernas y sabía que quería patear ahí. Quizás me la atajaba el arquero o la podía tirar afuera, pero nunca me iba a reprochar de la convicción que tenía de tirarlo ahí”, aseguró Ramírez.

A su vez, el “Oveja” dijo que se dio cuenta que podían ascender después de eliminar a Platense.

“Sabía que este ascenso podía lograrse cuando le ganamos a Platense. Ese día llegué a mi casa y le dije a mi señora que este torneo era nuestro. Había que tener fe para lograrlo. Dejamos en el camino a dos rivales que juegan muy bien como Platense y Almagro. Sarmiento por ahí es un equipo más estructurado y sin dudas nos costó. Son un equipo más estratégico y como todo en la vida, nos costó demasiado. En el partido, nos salvamos y como dice el refrán, terminó siendo la suerte del campeón”, aseguró anoche el volante de Central Córdoba, clave en el ascenso a la Superliga Argentina.