Del 10 al 16 de junio se conmemora por segundo año consecutivo la Semana Argentina de las Alergias Alimentarias, por lo que expertos de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y otras disciplinas vinculadas al manejo de estos pacientes, insisten en la necesidad de sospechar los cuadros a tiempo, porque cuanto más tarde se diagnostica y se trata la alergia alimentaria, mayor es el riesgo de comprometer seriamente las curvas de crecimiento de los niños.

En general, los chicos con alguna alergia alimentaria suelen debutar con dos o más síntomas, tales como vómitos, reflujo, diarreas y/o deposiciones con moco y sangre. La condición puede también afectar la piel, presentándose con eczemas importantes, urticarias o edemas en labios y párpados. Con menor frecuencia algunos niños pueden presentar una reacción alérgica severa con riesgo potencial de muerte, denominada "anafilaxia".

“Las reacciones pueden ser inmediatas, que se dan dentro de las dos horas de consumido el alimento, intermedias, que son cuando afectan la piel con dermatitis atópicas o tardías, cuando presentan sangrado”, explica a ConBienestar la doctora Karina López (MP 13.944), Directora del Comité de Alergias Alimentarias y Anafilaxia de la AAAeIC .

Los alimentos que causan este tipo de alergia con más frecuencia en bebés y niños, son los siguientes:

1. Leche de vaca

“Somos un país lácteo, el consumo de leche es muy alto por lo que es la alergia que vemos con mayor frecuencia”, resalta la doctora López. Se manifiesta regularmente durante el primer año de vida, cuando se sustituye la leche materna por una fórmula adaptada de leche de vaca. Se diagnostica mediante la detección de la inmunoglobulina E específica contra la leche y sus proteínas, a través de pruebas cutáneas y análisis de sangre.

2. Huevo

Suele aparecer la primera vez que se come la clara del huevo, que produce más alergia que la yema, debido a que la cantidad de proteínas que contiene es superior. Los síntomas de una alergia al huevo suelen aparecer de forma inmediata o dentro de la siguiente hora tras haber consumido el alimento.

3. Legumbres

Son aquellas plantas cuyos frutos se encuentran encerrados en vainas, e incluye las lentejas, la soja, los garbanzos, y los maníes, aunque éstos últimos se consideran como frutos secos.

La alergia a las legumbres es frecuente en la infancia, pero en la mayoría de los casos desaparece en la vida adulta. Es importante que si se tiene alergia a la soja, se revise con cuidado las etiquetas de los alimentos que se consumen.

4. Pescado

Aparece durante el primer o segundo año de vida. Se puede tener alergia a un solo tipo de pescado o a todos en general. A diferencia de la alergia a la leche o el huevo, la alergia al pescado puede durar décadas o toda la vida.

5. Frutos secos

Después de los 3 o 4 años de edad es una de las alergias alimentarias más frecuentes. Los frutos secos que dan alergia suelen ser los maníes, las nueces, las almendras y las avellanas, porque son los que más se consumen.

Cuando se tiene alergia a los frutos secos es importante revisar las etiquetas de los alimentos, porque muchos pueden contener trozos o ser alguno de los ingredientes que no se observe a simple vista. Por ejemplo, se pueden encontrar ocultos en ensaladas, rellenos de pastas, salsas o postres.

6. Mariscos

Es distinta de la alergia al pescado porque son alimentos distintos. Que alguien presente alergia a los mariscos no significa necesariamente que también se tenga alergia al pescado o viceversa, aunque existen casos en los que se presentan ambas alergias.

7. Cereales

Además de la celiaquía, que es la intolerancia al gluten y que es ocasionada por una proteína presente en cereales como trigo, centeno, cebada y avena, los cereales pueden ocasionar alergia. Puede presentarse frente a un solo cereal, a varios o a todos. En el caso de que un niño tenga alergia a la avena, también hay que prestar atención a los productos de higiene, ya que también se usa en la elaboración de algunos jabones y cremas.

¿Se puede prevenir?

“Existe coincidencia internacional en la importancia de mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida como medida de prevención”, responde la especialista. Entre los factores que incrementan el riesgo de que el bebé desarrolle alergia a algún alimento, se destaca el componente hereditario, lactancia materna inferior a los 3 meses, consumo temprano de leche de vaca, y nacimiento por cesárea.