Hasta no hace muchas décadas, se pensaba que no había una relación directa. Pero los distintos estudios científicos que fueron indagando sobre la relación entre el tabaquismo y la visión demostró que fumar es tan malo para sus ojos como para el resto de su cuerpo. Si se fuma, se puede tener problemas graves en los ojos que podrían causar tanto pérdida de la visión como ceguera.

Los especialistas no dudan en señalar que al fumar dos de las mayores amenazas para su visión son degeneración macular y cataratas.

Es que las toxinas del humo del tabaco que se inhalan van a parar al torrente sanguíneo y se reparten por todo el cuerpo, incluso en los ojos, según advierten expertos del Instituto Catalá de Retina.

Los elementos tóxicos que incorpora el tabaco también aumenta las posibilidades de padecer degeneración macular asociada a la edad (DMAE), donde "una parte de la retina queda dañada y provoca pérdida de visión central". "Hay que recordar que no existe ninguna cura para esta enfermedad, aunque hay tratamientos que frenan su avance", alertan.

Especial atención en diabéticos y embarazadas

Apuntan los oftalmólogos además que el tabaco puede afectar "seriamente" el nervio óptico, que es el que conecta el ojo con el cerebro. "Un problema en esta zona tan vital puede degenerar en ceguera", advierten. Asimismo, insisten en que un grupo de riesgo son los diabéticos que también son fumadores, ya que "tienen más posibilidades de sufrir una retinopatía diabética, es decir, que los vasos sanguíneos del ojo quedan dañados".

En este punto, el doctor Omar López Mato, médico oftalmólogo (MN 59216) explicó en diálogo con ConBienestar que “el monóxido de carbono del humo tiene un efecto oxidante sobre los lípidos de la placa de ateroma y los vasos arteriales. Por lo que el ojo no puede permanecer ajeno al daño generalizado, especialmente en los diabéticos que fuman”.

"El tabaquismo está especialmente contraindicado en aquellas personas que tienen el ojo seco porque a la falta de lágrima que genera la persona que sufre patología hay que añadir que el humo potencia la sequedad y la irritación oculares. Además de los problemas internos, el humo del tabaco también puede afectar los tejidos que se encuentran alrededor de los ojos y crear bolsas, generar irritación e inflamación", argumentan.

Finalmente, en caso de embarazo, los expertos concluyen que el tabaquismo puede tener como consecuencia "dar a luz de forma prematura y aumentar las posibilidades que el hijo sufran un trastorno visual llamado retinopatía del prematuro". "Es decir, que los vasos sanguíneos de la retina del prematuro no se han desarrollado con normalidad. Una de las principales consecuencias que podría sufrir es un desprendimiento de retina y, en algunos casos, la ceguera", concluyen.