Veamos el lado bueno: saber que el Alzheimer da señales con tanta anticipación, abre un enorme potencial de prevención. La clave está en que el médico clínico detecte cualquier incidencia de deterioro cognitivo para derivar una evaluación neurológica oportuna.

Esta enfermedad suele afectar a los mayores de 60-65 años, y la edad promedio de diagnóstico se ubica en los 80, porque hasta hace poco se consideraba que el mal de Alzheimer era una enfermedad favorecida por la edad.

El reconocido médico e investigador norteamericano Jeffrey Cummings estuvo en Buenos Aires para asistir al Simposio Internacional de Neurología Cognitiva y Neuropsiquiatría de Fleni en Buenos Aires. Consultado sobre nuevos tratamientos disponibles, señaló que si bien no hubo aprobaciones recientes de nuevas drogas, sí hay numerosos estudios en sus etapas finales, por lo que en breve habrá nuevas terapias significativas para retrasar la progresión de la enfermedad.

Tener antecedentes familiares de Alzheimer, por ejemplo, puede hacer que el déficit de memoria, uno de los indicadores más fiables para detectar la forma más común de demencia, se manifieste incluso a los 20 años.

En otro orden, ahora se sabe que ciertas proteínas están asociadas con la enfermedad de Alzheimer, pero aún no está claro qué es lo que realmente causa que la enfermedad progrese, y por qué algunas personas la contraen y otras no. Cummings indicó que las nuevas drogas en las que están trabajando buscan remover esas proteínas: "Es una esperanza para retrasar la progresión de la enfermedad e incluso tratar de curarla", opina.

Cómo prevenir el Alzheimer

Sobre la posibilidad de prevenir la enfermedad, el especialista apuntó que la neurociencia cree cada vez más que hay "estrategias que ayudan a mantener el cerebro saludable y reducir la pérdida de memoria".

Hay un estudio llamado FINGER (Estudio finlandés de intervención geriátrica para prevenir el deterioro cognitivo y la discapacidad) que sugiere que el aporte nutricional y el ejercicio de forma regular, constituye un menor deterioro cognitivo. Otros estudios, como el estudio SPRINT-MIND (Ensayo de intervención de presión arterial sistólica: memoria y cognición en la hipertensión disminuida) mostraron que las reducciones de la presión arterial pueden bajar la incidencia de deterioro cognitivo leve. "Estos son resultados preliminares, pero son convincentes", asegura.

"Hay medio millón de argentinos con Alzheimer y cerca de un millón con deterioro cognitivo, por eso es muy importante que la gente se acerque a consultar para comenzar con el tratamiento lo antes posible", cerró Jeffrey Cummings.