El submarino tuvo un principio de incendio, la noche del 14 de noviembre de 2017, al cual no se le prestó la debida atención. Once horas después se produjo el “colapso estructural” que provocó la muerte de los 44 tripulantes de la nave.

Según el informe final de la Comisión Bicameral Investigadora del ARA San Juan, la causa del
hundimiento fue por causa de un incendio en el tanque de baterías del submarino, producida casi en la medianoche del 14 de noviembre de 2017. Según el documento, ello provocó un "colapso estructural" que las 10.51 horas de la mañana siguiente provocó la muerte de los 44 tripulantes que iban a bordo de la nave.

Al respecto de este colapso estructural, "los expertos señalan que pudo haber ocurrido una
explosión al retirarse, en plano profundo, la tapa de ingreso al balcón de baterías, donde la
excesiva producción de hidrógeno, por el principio de incendio, al liberarse, ocasionara una
explosión que dejara sin capacidad de respuesta a la tripulación", dice el informe de la
Bicameral.

"Otra de las posibilidades es que al llegar a plano profundo, para vericar los daños, el
principio de incendio no estuviere del todo controlado y el retiro de la tapa hubiere provocado
la explosión, que inmediatamente dejara incapacitado al personal de comando de la nave,
perdiendo plano irremediablemente hacia el fondo abisal", añade.

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ARA San Juan: la Comisión Bicameral firmó el documento final que establece las responsabilidades del naufragio

Esta conclusión es una de las más fuertes del trabajo realizado por la Comisión del Congreso
destinada especícamente para estudiar el caso. Luego de 16 meses de investigación, el
trabajo se conoció ayer y pone el foco en las irregularidades cometidas por los mandos
superiores de la Armada, en un "contexto general presupuestario que han venido
padeciendo las Fuerzas Armadas desde el mismo retorno de la democracia a la fecha, en
desmedro del mantenimiento de sus bienes de capital, armamento, capacitación, estructura y capacidad operativa". Aquel fue un punto de consenso entre ocialismo y oposición.

Sin embargo, al momento de ubicar las responsabilidades políticas, hubo disidencias. Los
legisladores de la oposición firmaron un documento de mayoría, poniendo el foco en las
actitudes que tuvieron el presidente Mauricio Macri y el ministro de Defensa, Oscar Aguad;
mientras que los legisladores del ocialismo le sacaron peso a las responsabilidades políticas.

El informe de la Bicameral señala que la primera señal de alerta que dio la tripulación del submarino a sus jefes fue a las 23.42 horas, del 14 de noviembre, cuando el teniente de navío Fernando Vicente Villarreal, jefe de Operaciones del ARA San Juan llamó al jefe de Operaciones de Submarinos, capitán de fragata Hugo Miguel Correa. Le informó "que habían tenido un principio de incendio en el tanque de baterías número 3, que estaba controlado, que apreciaban que había sido producto de la entrada de agua de mar por el sistema de ventilación", según declaró el capitán Correa en la Bicameral.

Desde entonces, se produjeron poco más de 10 comunicaciones entre el submarino y los
jefes de la Armada, hasta el hundimiento del ARA San Juan, donde se verificó "una
subestimación inicial del incidente lo sucientemente grave. Ninguno de los estamentos
de conducción tuvo en cuenta un antecedente gravísimo", que fue un incendio de baterías
similar en el año 1995.

Por eso, el Comandante de la fuerza de submarinos, capitán de navío Claudio Javier Villamide, y el Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, López Mazzeo, se limitaron a decirle al comandante del submarino que suspenda la patrulla y vuelva a Mar del Plata, sin mandar ayuda ni noticar a sus superiores sobre la gravedad del incidente que estaba ocurriendo con el ARA San Juan.

Según la Bicameral, el desempeño del almirante Marcelo Srur resultó "no del todo lógico",
debido a que tomó la situación "en su verdadera dimensión ni adoptó las medidas
congruentes con la misma".

En los primeros minutos del 15 de noviembre, el comandante de la nave, capitán de fragata
Pedro Martín Fernández, le preguntó a Correa sobre la posición de los otros buques de la flota, que en ese momento participaban del ejercicio naval, en el golfo de San Jorge. Estaban a unas 20 a 24 horas de navegación, "que podrían haber disminuido a la mitad si el submarino ponía rumbo de acercamiento a esas unidades, sumando la velocidad de desplazamiento de ambas en acercamiento", dice el informe.

A las 0.58 horas hablaron Villamide y Fernández y el comandante de la fuerza de Submarinos le ordenó cancelar la patrulla y poner rumbo de regreso a Mar del Plata. La respuesta fue que
eso "lo haría cuando volviera a inmersión, porque en ese momento navegaba en alejamiento
de la costa, propulsando con el circuito dividido y se encontraba cargando aire", según
establece el informe.

Sin embargo, sus jefes no le asignaron la gravedad que tenía ese hecho. "El capitán de navío
Villamide nunca le ordena que regrese en supercie, pese al principio de incendio puesto en
conocimiento", plantea el informe de la Bicameral. Y añade que los expertos consultados
consideraron que, en esas condiciones, "no debería intentarse una reconexión del sistema de
propulsión".

Recién a las 6 de la mañana el submarino informa que está en inmersión. A las 7.19 se
produce la última comunicación telefónica, donde Villarreal le informa a Correa que ya
estaban en inmersión, con rumbo a Mar del Plata, propulsando con circuito dividido, a
una velocidad de 5 nudos. "Vamos a bajar a plano profundo a descansar (40 metros) y,
luego, a inspeccionar el tanque de baterías", dijo Villarreal.

Se cree que a las 7.33 estaba a 18 metros de profundidad, a las 8.52 estaba a 40 metros y
a las 10.51 se registra el "evento acústico anómalo", que se produce con motivo del "colapso estructural del submarino ARA San Juan", cuando estaba a entre 550 y 750 metros de profundidad. Finalmente el submarino quedó hundido a 907 metros, en el Atlántico Sur, a 450 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia.