Gilda Chartier de Mazzi era amiga de Marta Romero, la docente desaparecida en Santa Fe en 1988. El caso tomó nuevamente estado público luego del homicidio de la hermana del juez, Ana María Alurralde. "El era muy manipulador y no la dejaba casi que viniera a mi casa. Marta solía hacerlo a escondidas, siempre estaba apurada y con miedo a que él se enterase", contó Gilda en exclusiva.
Redacción de Sin Mordaza
Esta semana comenzó con la noticia del asesinato de Ana María Alurralde. La mujer, hermana del juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde, estaba desaparecida desde el viernes 18 de octubre, cuando su pareja hizo la denuncia. Luego de unas horas y de búsqueda por parte de personal policial, apareció el auto con el cuerpo sin vida de Ana María. Había sido asesinada. Como principal sospechoso surgió desde un comienzo el nombre de su pareja, Daniel Fernández, de 66 años de edad.
Sin embargo, al dolor del femicidio que investigan los fiscales Ana Laura Gioria y Gonzalo Iglesias, se suma un hecho que quedó olvidado en el tiempo: la desaparición de Marta Romero.
El caso de Romero tomó relevancia porque su propia hija hizo la advertencia a las autoridades sobre el parecido con el caso Alurralde. Su mamá desapareció y Daniel Fernández era su pareja en ese entonces. Luego de más de 30 años, nada se sabe del paradero de Romero.
Relato estremecedor
En exclusiva para Sin Mordaza, Gilda, una amiga de años de Marta Romero, envió un relato estremecedor sobre cómo era la relación de ella con su amiga y cómo vio durante el último tiempo la transformación de la maestra mientras fue pareja de Fernández.
"Yo conocí a Marta en el año 1976, cursando el tercer año bachiller, en el colegio Nuestra Señora del Huerto, de la ciudad de Santa Fe. Nos hicimos amigas inseparables y compartimos la adolescencia con mucha felicidad. Ella era una persona muy alegre, su sonrisa era una carcajada muy ruidosa. Llevaba siempre su cabello muy largo, rubio y luminoso", comenta Gilda.
"Todo era perfecto, por decir así. Ella conoció a Daniel Fernández porque le cobraba unos libros que le había vendido su mamá, Nani. Se fueron a vivir juntos, ella quedó embarazada y perdió su embarazo. Yo ya me había casado y nacía mi primer hijo en el año 1986".
"Solíamos ir a la casa que compartían sobre la General Paz y comíamos juntos. Ella cambió su aspecto radicalmente. Se cortó el cabello y había adelgazado notoriamente. Parecía como que se estaba secando por dentro. El era muy manipulador y no la dejaba casi que viniera a mi casa. Marta solía hacerlo a escondidas, siempre estaba apurada y con miedo a que él se enterase. Las peleas entre ellos eran cada vez más seguidas. El solía echarla por la noche y le tiraba las cosas por la ventana (vivían en un primer piso). Marta se iba a la casa de su mamá, pero a los pocos días él volvía a buscarla, arrepentido. Ella cedía siempre", indica la amiga de Romero en el relato a Sin Mordaza.
"Entre tantas idas y venidas - cuenta Gilda - Marta queda embarazada por segunda vez. Nace su hija Daniela. Ella quería ser mamá y estaba muy feliz con su nacimiento. Igual todo siguió mal y decidió separarse y vivir nuevamente con su mamá. Mantuvieron contacto todo el tiempo, por la nena. Pero él nunca dejó de hacerle la vida imposible. Tenia control sobre ella siempre. En un momento, ella me cuenta de que iba a hacerle un juicio por la manutención de la nena. Yo le sugerí que no lo hiciera pues económicamente ella podía hacerlo sola".
Malos tratos
Gilda continuó diciendo: "en una conversación entre Daniel y mi marido, Jorge Mazzi, él le comentó que le dijera a Marta que no lo joda porque le iba a ir mal. Nunca supimos que ésto iba a ser tan literal. Desaparece Marta y él nunca se comunica con nosotros para preguntarnos si sabíamos algo, ya que yo era su amiga de tantos años. Desde un primer momento sospechamos de él".
Desaparición de Marta
"Me llaman a declarar a la comisaría 3ra, a los pocos días. Cuando entramos a la sala de espera con mi marido, Daniel estaba allí esperando también. No pudo mirarnos a la cara y fue un momento muy incómodo. Cuando paso a la oficina para que me tomen declaración, en un momento, el agente me pregunta si sospechaba de alguien. Yo le dije que sí y le pregunté si esa persona podría saber lo que yo diga, y me contestó que podría filtrarse información, entonces no lo nombre a Daniel. Yo estaba embarazada de mi segundo hijo y tenía mucho miedo de que me pasara algo", comentó Gilda a Sin Mordaza.
"Al poco tiempo me llama el juez Costa a declarar a su despacho. Cuando entro, me dice: “Mire señora, yo la cité porque la mamá de Marta Romero me tiene cansado y yo no tengo nada para preguntarle, así que váyase”.
"Desde ahí me di cuenta de que el caso iba a pasar a archivo. Tristemente, en ese momento, no se profundizó lo suficiente como para meter preso a Daniel Fernández.
Sólo espero que se reabra el caso ahora y se lo impute por la desaparición y muerte de mi amiga Marta. Que él declare y testimonie sobre la verdad. Para Gilda," él es el culpable, nunca tuve dudas".
Finalizando, la amiga de Marta remarcó que pide "justicia para que la familia de Marta y todas las personas que la quisimos tanto podamos ver este caso concluido. Que Marta pueda descansar en paz por siempre.y que esté demonio pague de por vida por los dos crímenes".
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