"Lamentablemente, todo sigue igual. Nosotros nunca vimos a un inspector controlando instalaciones y que todo sea seguro en los sitios en donde tocan los músicos", aseguró Joel, el líder del grupo Raras Bestias, que la fatídica madrugada del 12 de octubre de 2015 vio morir a su amigo y bajista de la banda, Adrián Rodríguez, tras recibir una descarga eléctrica en pleno concierto en el Café de la Flor (Mendoza al 800).
Ayer, un nutrido grupo de artistas volvió a exigir justicia por esa muerte y reclamó mejores condiciones de trabajo para los músicos de la ciudad. "Necesitamos que nadie vuelva a estar expuesto a situaciones como las que, lamentablemente, le tocaron a Adrián", remarcaron.
El reclamo llegó con un recital en plena plaza San Martín. Allí, sobre el lateral que da a la calle Dorrego, se levantó un escenario precedido por una gran bandera con la consigna "Justicia por Adrián". Y los primeros en subir, minutos después de las 18.30, fueron precisamente los que compartieron tantos shows con él hasta que la tragedia se cruzó en el camino.