Lo que prometían ser solo dos horas de pura testosterona en combate, se convirtió en una muy buena película de acción con mucha (excelente) comedia.

En “Hobbs & Shaw” vemos por primera vez a Dwayne Johnson y Jason Statham produciendo juntos su propia película, en la que creemos va a ser la primera de varias dentro del spin off del universo “Rápidos y furiosos”, no solo por lo excelente que estuvo, sino por la escena pos crédito que deja, quizás, la puerta abierta a una secuela. Para meternos de lleno en la película, tenemos que decir que no tiene nada que ver con Rápidos y furiosos, aunque citen algunos de los momentos épicos de pelea mano a mano entre los protagonistas; es más bien una nueva historia con nuevos protagonistas que se aleja y mucho de Toreto y compañía.

Desde lo técnico: Chapeau. Sin dudarlo puedo decir que tiene la mejor dirección de fotografía que tiene hasta el momento el universo Fast & Furious, tengamos en cuenta que ya tienen ocho películas en su haber y dos más vienen en camino; si, dos más. Una sublime película que no solo le va a gustar a los fanáticos de la acción que incluye tiros, explosiones y muchos golpes, sino también a los que disfruten de la buena comedia; claro, actúa Dwayne Johnson que de eso sabe y mucho.

Hobbs & Shaw no solo cuenta con una perfecta estructura, sino que tiene también un guion que está hecho especialmente para cada protagonista, no son dos horas de músculos y golpes, la comedia que mencionamos y el espectacular escape del final (al estilo Misión Imposible) se llevan todos los elogios.

Como en todas las anteriores películas de la saga, el mensaje de “lo primero es la familia” acá también se hace notar fuertemente al final desde el cierre de ambos personajes. Y más allá de hacernos combatir cuerpo a cuerpo con ellos durante toda la película, nos dejan ese mensaje de “paz al final de la tormenta” que en fondo todos buscamos.