Un singular proyecto para modificar el sistema de pago del transporte urbano de pasajeros duerme desde hace meses en algún cajón de la Legislatura santafesina. Se trata de un abono dolarizado para todos los usuarios del sistema que los habilitaría a viajar sin límite por un mes de calendario mediante la actual tarjeta sin contacto, personalizada. Los efectos inflacionarios se absorberían con un Fondo Compensador al igual que una reserva para hacer sustentable al circuito. Los cálculos se hicieron en base a un aporte mensual de 600 pesos por usuario. “Hoy se paga más cuanto más se viaja. Con el abono, cuanto más se use, menos se pagaría”, destacó el autor de la iniciativa, Héctor Franza.
La propuesta se muestra desafiante y decidida a romper el status quo de cómo operan los servicios públicos en la región. Y en sus fundamentos, se trasluce un método pensado como un mecanismo de relojería.
¿Cómo cargará el usuario su tarjeta dolarizada? Según el autor de la iniciativa, el costo del abono se fijó en 15 dólares (lo que equivale a entre 600 y 700 pesos mensuales). El abono tendría una vigencia de un mes calendario. Ya con su tarjeta personalizada, quien utilice el sistema podrá solicitar la siguientes cargas que servirán como nomenclador que equilibra las variables:
desde los 50 centavos de dólar hasta los 15 dólares. No pagarán tarifa los menores de cuatro años y los mayores de 69 años, pero para llevar un control estadístico de los flujos de pasajeros deberán presentar sus tarjetas con el beneficio de la gratuidad. Las futuras modificaciones en el abono deberán ser aprobadas por el Concejo Municipal.