Los avances en los tratamientos para concebir un hijo permiten acudir a bancos de semen. Pero qué pasa cuando el niño crece y quiere averiguar su origen? ¿Puede conocer la identidad del dueño del esperma donado que fecundó el óvulo de su progenitora? ¿Tiene derecho a saber quién fue esa persona?

La posibilidad de responder a estas preguntas varía según las legislaciones y las voluntades de los donantes o las políticas de los centros de fertilidad. Pero a veces se plantean situaciones que exceden las preguntas habituales.

Es el caso de Eve Wiley, una mujer de Texas de 32 años. A los 16 años, se enteró de que su concepción había sido vía inseminación artificial. Al hacerse una prueba casera de ADN, algo que hoy en día está al alcance de todos en Estados Unidos, descubrió que el supuesto donante anónimo no había sido otro que el médico que realizó la fertilización, el doctor Kim McMorries que aseguró a la madre de Eve que para hacer el procedimiento había acudido a un banco de esperma de California. La historia publicada este semana en el New York Times conmocionó a la opinión pública.

¿Podría llegar a sucede algo así en nuestro país? ¿Cómo se protege la genética y la identidad de todas las personas involucradas en un proceso de fertilización asistida con donación de gametos?

Donación de semen en la Argentina

Los hombres que donan semen deben hacerlo de manera desinteresada, y tener entre 18 y 40 años. El primer filtro consiste en analizar el esperma. Aquí muchos se quedan atrás porque debe tener una concentración alta (3 veces mayor que lo que la Organización Mundial de la Salud define como normal) y una movilidad de más del 50 por ciento. Así que la fantasía de que algunos donantes de esperma pueden donar y cobrar, queda totalmente eliminada en esta instancia.

"Esto está regulado a nivel mundial y la Argentina no escapa a estas normativas. A partir de la cobertura de la ley de fertilización, se regula el tema de los bancos. Los centros funcionamos como centros habilitados y acreditados. Significa que tenemos las licencias para manejar los bancos de semen", declara a Con Bienestar la doctora Stella Lancuba (MN 62939) titular de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva titular de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER).

"En la Argentina la donación de gametos es anónima por ley. Sin embargo, cada receptora podrá conocer datos básicos del donante como edad, grupo sanguíneo y características fenotípicas", detalla a este medio el biólogo Santiago Giordana, director de Laboratorio de FIV IVI Buenos Aires.

Hasta ahora no hay un límite legal establecido para los donantes. En IVI, al igual que con los óvulos, el límite se establece al tener 6 nacidos vivos. Cifra muy distinta a la que manejó aquel médico que embarazó a 56 mujeres con su semen para no precisar ningún donante.

Los dos conceptos importantes para que no haya abuso en la utilización de una muestra de semen son que el centro de fertilidad esté habilitado y acreditado bajo la esfera de las autoridades nacionales; y la trazabilidad de cada muestra, es decir que haya un registro de donantes con sus datos, características físicas, antecedentes, fotos, su DNI y un registro de la muestra con detalle de cómo se procesa y se utiliza.

"Lo que en reproducción asistida llamamos la revelación de orígenes, tiene que ver con que el niño producto de una donación de gametos tenga la información de cómo se produjo su gestación; no solo porque es su derecho, sino porque esto permitirá un desarrollo personal más sano", responde a Con Bienestar la licenciada María Villamil (MN 33924), responsable de la Unidad de Psicología IVI Buenos Aires .

"A pesar de lo que comúnmente se cree, la revelación de orígenes no afecta el vínculo del hijo con sus padres, siempre que su enfoque se haga con naturalidad y honestidad", cierra la psicóloga.