Fortnite: Battle Royale es el videojuego de moda, y se sabe que entre el gran caudal de usuarios (supera los 250 millones) hay muchos chicos. Esa no es una realidad que los desarrolladores del título intenten ocultar.

De hecho, el ganador del Mundial de Fortnite que se realizó en julio en Nueva York tiene 16 años; y Thiago Lapp, el argentino que con el quinto puesto se llevó 900.000 dólares, tiene apenas 13.

Un estudio realizado en conjunto por investigadores de la Universidad Oberta de Cataluña y la Universidad de Lleida revela más datos respecto a la población de menores de edad en ese universo gamer.

De acuerdo al informe, el 60% de los nenes que juegan a Fortnite tiene menos de 12 años, incluso cuando esa es la edad mínima recomendada en algunas regiones del mundo.

Fortnite:

Los investigadores encuestaron a más de 560 nenes y encontraron que seis de cada diez jugadores no se ajusta a la sugerencia de las regulaciones en distintas partes del mundo. En Europa, donde rige el sistema de clasificación PEI, 12 años es la edad mínima recomendada para jugar a Fortnite. En Estados Unidos, la clasificación ESRB pide que sean mayores de 13.

Esos criterios se establecen por organismos que analizan el contenido de los videojuegos y en base a ese examen imprimen la etiqueta correspondiente. Por ejemplo, en el caso de ESRB, en Fortnite aparece en un cuadro la letra “T” (referencia a teens, “adolescentes”), que da cuenta de un producto sugerido para mayores de 13 años que puede contener sangre, violencia moderada o juegos de azar.

Debe realizarse una labor de divulgación destinada a las familias y al profesorado de las escuelas sobre las implicaciones de no respetar las edades recomendadas para los videojuegos, así como de los riesgos que conlleva un uso indebido”, señalaron los investigadores.
Fortnite: Battle Royale incluye armas y una mecánica de supervivencia con cierto nivel de violencia, aunque no es un juego sangriento. Además tiene algunos aspectos que rozan lo naif, como sus trajecitos y los bailes (que se conocen como “emotes” dentro del juego).

El informe (que podés consultar completo en este enlace) reveló además que muchos de los nenes- el 74%- juegan los fines de semana y los feriados; que el 42%, juega más de dos horas por día; y, en línea con los aspectos antes mencionados, que se sienten atraídos por los skins y los bailes.

En definitiva, ¿por qué se ignoran esas sugerencias? Las razones pueden ser tantas como la cantidad de usuarios que las desoyen, en este caso incluyendo al entorno familiar. "Creemos que debe realizarse una labor de divulgación destinada a las familias y al profesorado de las escuelas sobre las implicaciones de no respetar las edades recomendadas para los videojuegos, así como de los riesgos que conlleva un uso indebido", concluyeron al respecto los investigadores.