La mejora en la construcción de estadísticas y el aumento de la violencia machista son los elementos que, en una primera lectura, pueden explicar que el número de denuncias por violencia de género —en todas sus tipologías— haya crecido un 31 por ciento en la provincia entre los primeros cuatro meses de 2018 y el mismo periodo de este año.
"Se fortalecieron los registros, pero no se puede perder de vista lo que sucede a nivel social, y todo favorece a que cada vez más mujeres lleguen al Estado a denunciar", aseguró ayer la subsecretaria de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa, tras presentar la quinta entrega del (Registro Unico de Violencia hacia la Mujer (Ruvim) junto con el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec).
Si bien rescató "avances", insistió "en lo mucho que falta para igualar cantidad de situaciones violentas con las registradas".