Es difícil de imaginar una muerte tan insólita o inesperada. Le ocurrió a una mujer de 76 años en Australia. Su propio gallo la picoteó hasta causarle la muerte. El caso fue tan llamativo que quedó registrado en la revista científica Forensic Science, Medicine and Pathology. Los médicos determinaron que murió tras una “hemorragia significativa” que causó el colapso general de la mujer.

El gallo le picoteó la pierna izquierda. Lo que reveló la autopsia es que tenía “dos laceraciones”, una de ellas “sobre una vena varicosa grande” (várices). Los especialistas concluyeron que la víctima murió “desangrada” por esta causa.

Las várices son venas hinchadas y retorcidas por debajo de la piel que, por lo general, no son dañinas y en casos raros pueden generar complicaciones. Lo que detectaron los expertos de ese país, es que ya tenía condiciones preexistentes que favorecieron el letal desenlace. “Tenía varias afecciones de salud subyacentes, incluida la presión arterial alta y la diabetes tipo 2”, apuntaron. Los ataques de gallos son "muy raros", dijo el doctor Roger Byard, profesor de patología en la Universidad de Adelaida y coautor del nuevo informe.

"Este caso demuestra que incluso los animales domésticos relativamente pequeños pueden ser capaces de causar lesiones fatales en individuos si hay vulnerabilidades vasculares específicas presentes", concluyeron.

Qué son las várices

Las várices son venas que sufrieron dilataciones, tortuosidades o alargamientos. Generalmente se ubican en el sistema venoso superficial de las piernas, y son la alteración venosa más común: más del 20% de la población las padecen. La enfermedad varicosa es “crónica” por lo que probablemente, a pesar de que el paciente se realice tratamientos, con el tiempo aparezcan nuevas venas afectadas. Habitualmente se dice que “vuelven”, pero en realidad son várices nuevas. Es por eso que la prevención es fundamental.

Los signos y síntomas dolorosos que pueden aparecer son:

  • - Sensación de dolor o de pesadez en las piernas
  • - Ardor, pulsación, calambres musculares e hinchazón en las extremidades inferiores
  • - Empeoramiento del dolor después de estar sentado o de pie durante mucho tiempo
  • - Picazón alrededor de una o de más venas
  • - Decoloración de la piel alrededor de una vena varicosa
¿Cómo prevenirlas?

No existe una manera concreta de prevenir las venas varicosas. Pero mejorar la circulación y el tono muscular puede reducir el riesgo de desarrollarlas o que se formen nuevas. Algunas medidas a tomar:

  • - Hacer ejercicio
  • - Controlar el peso
  • - Seguir una dieta rica en fibras y con bajo contenido de sal
  • - Evitar los tacos altos y los calcetines ajustados
  • - Elevar las piernas

- Cambiar la posición de sentado o de pie periódicamente