Ropa deportiva, una bolsa de residuos y guantes. Sólo tres elementos son necesarios para poner en práctica un deporte incipiente que une el cuidado personal con el cuidado del medio ambiente.

En lo cotidiano, a la hora de elegir cómo ejercitarnos, las posibilidades que aparecen son innumerables: fútbol, voley, hockey, funcional, crossfit, atletismo y podemos seguir y seguir.

Sin embargo, hay quienes sortean lo tradicional y eligen ejercitarse mientras “sanan” el medio ambiente.

Paula Gosso Eguia es de Mar del Plata y es la pionera de esta actividad en Argentina. Hace unos años fue a Suecia y conoció la práctica del plogging que proviene de la palabra sueca plocka upp, que significa levantar, y del término anglosajón jogging. Cuando regresó a Argentina descubrió que no había actividades de este tipo en el país y decidió poner manos a la obra.

“Al no haber nada, generé el espacio y empecé a difundirlo. Luego me llamaron de países limítrofes. Me comuniqué con Suecia y se empezó a replicar en varias provincias”.

La práctica consiste en un trote suave que es acompañado de estocadas y sentadillas para levantar residuos. La basura recogida luego se lleva en una bolsa y se tira en el lugar correspondiente. El trote puede ser reemplazado por cualquier práctica que se crea conveniente: bici, rollers, paseo de mascotas.

El primer paso es superar la barrera de vergüenza y una vez que se logra la actitud es otra. “Al principio es difícil pero después te encontras con que la vergüenza, en realidad, es del que tira basura no del que junta”.

Plogging

¿Cómo se organizan?

Lo distintivo es que no tenés que competir con otro, sino con vos mismo. O mejor dicho, con el cuidado del medio ambiente. Además es con vos mismo, con el cuidado. “Dentro de esta actividad no cargamos mucho peso. No necesitas llevarlo en todo el trayecto. Podés dejarlo en un contenedor”, explicó Paula.