Los taxis acuáticos “voladores”, considerados como el futuro del transporte urbano limpio, están siendo sometidos a una nueva batería de pruebas en el río Sena en París esta semana, antes de una apertura al público prevista para la primavera 2020. Llamados “Sea Bubbles”, estas embarcaciones aerodinámicas blancas, sobrevolaron el río Sena a una velocidad de hasta 30 km/hora, flotando a unos 50 centímetros sobre el agua. Tienen capacidad para cuatro personas.

Un viaje a bordo de esta embarcación del futuro desde la Torre Eiffel, en el oeste de París, hasta la catedral de Notre-Dame, en el centro, toma sólo unos minutos. El taxi, que parece una versión náutica del coche DeLorean en “Regreso al Futuro”, es una idea del navegante francés Alain Thebault. No hace ruido ni olas y tampoco emite CO2. Es similar a un hidroala, con láminas de fibra de vidrio que se despliegan para elevarlo en el aire cuando alcanza cierta velocidad y es alimentado por baterías eléctricas. Los promotores consideran al vehículo un nuevo modelo en el panorama cambiante de la movilidad urbana. Aseguran que produce “cero ruido, cero olas, cero dióxido de carbono”.

“Todo parece indicar que podremos comenzar a operar nuestros Bubble Taxis en el primer trimestre 2020”, declaró el presidente general de Sea Bubble, el sueco Anders Bringdal. Un primer prototipo había sido probado el 16 de junio de 2017 en el Sena. Otras pruebas se están llevando a cabo en Ginebra, Miami, Saint-Tropez, y Mónaco. Pero París es el proyecto más avanzado hasta ahora: cuando llegue la hora, la gente los podrá pedir mediante un app como los taxis terrestres, las bicicletas y otros medios de transporte.