Aunque la empresa de la manzana mordida sigue contando con sus fanáticos incondicionales en todo el mundo, la fatiga por un lado -la marca ya lanzó 11 modelos- y los pocos diferenciales que acompañan a los dispositivos de este año, por otro, lograron que no se repitieran las filas de otras épocas.

Apenas unas veinte personas hicieron cola el viernes para recibir a los nuevos modelos de iPhone en una de las tres tiendas que Apple tiene en San Francisco, en Estados Unidos, meca de la tecnología y a pocos kilómetros de la sede de la compañía.

"La cámara es lo que más me llama la atención del iPhone 11. Tengo un iPhone SE y, aunque estoy contento con su rendimiento, creo que ya es hora de renovarlo", explicó a la agencia de noticias Efe Dave Russell, un joven que trabaja cerca de la tienda Apple y aprovechó los minutos del desayuno para acercarse.

La principal novedad de los modelos 11 Pro y 11 Pro Max es que cuentan, por primera vez en un iPhone, con tres lentes en la cámara trasera -una más que la versión común, el iPhone 11- así como el modo noche a la hora de tomar fotografías.

Las lentes se encuentran en un marco cuadrado, lo que ha hecho cambiar ligeramente el diseño tradicional de estos teléfonos, y consisten en un teleobjetivo de 12 megapíxeles, un gran angular de 12 megapíxeles y un ultra gran angular también de 12 megapíxeles.

Aunque todos los clientes y curiosos que se acercaron este viernes a la tienda Apple de San Francisco en el turístico barrio de Marina con los que habló Efe son propietarios de un teléfono iPhone en la actualidad, algunos reconocieron que la cámara de los dispositivos de Apple se había quedado un poco atrás.

"Tengo una amiga que usa Pixel (el teléfono de Google) y la verdad es que saca unas fotos impresionantes. Yo soy de iPhone y voy a seguir siéndolo, así que espero que los rumores sobre la cámara sean ciertos", explicó Tapasya Patki, que llegó a la tienda convencida de comprarse la versión Pro.

La prensa especializada considera que los modelos de iPhone de este año son básicamente una actualización o mejora de la versión presentada en 2018, con pocos cambios, y una apuesta por lo tradicional a la espera de 2020, cuando sí se espera una revolución del teléfono de Apple con modelos plegables al estilo del Galaxy Fold de Samsung y con versiones compatibles con la nueva red 5G.

Este papel de "a medio camino" que se le puso al iPhone 11 contribuyó a que tanto su presentación la semana pasada como su llegada a las tiendas físicas este viernes hayan despertado un interés más limitado de lo que es habitual en una firma que pone tanto énfasis en la puesta en escena como Apple.