En paralelo desde 2015, la deuda pública subió en 75.000 millones de dólares, hasta alcanzar 95% del producto bruto interno.

La Argentina prácticamente ha perdido una década de crecimiento. El producto bruto interno por habitante se encuentra en niveles cercanos a los alcanzados en 2009, de acuerdo con cálculos de la consultora Ecolatina. De ahí que una de las demandas que enfrentará el futuro presidente es retomar la senda del progreso.

Las bases para un futuro crecimiento son débiles: en los últimos 8 años la inversión cayó 25% y en los últimos 4 años la deuda pública subió en 75.000 millones de dólares – hasta alcanzar 95% del producto bruto interno, una proporción que limita las posibilidades de endeudamiento externo.

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Para colmo se da en un marco de deterioro de las condiciones sociales y por lo tanto de mayores demandas. El salario retrocedió cerca de 18% durante la actual gestión de gobierno y la pobreza alcanza a más de uno de cada tres argentinos.

Esta restricción parece clara para Emanuel Álvarez Agis, uno de los referentes del candidato opositor del Frente de Todos, Alberto Fernández. Este economista señaló que “hoy no hay que redistribuir porque no hay nada para distribuir”.

Debate

En este contexto, los economistas debaten sobre cuándo empezó a perder posiciones la economía argentina. Según mediciones realizadas por Carlos Leyba, un histórico del peronismo, “si nos basamos en las estadísticas del PIB por habitante, la decadencia tiene 45 años de edad”, es decir comenzó en 1975.

Según la interpretación de este economista, “hasta 1975, Argentina fue un país de progreso económico y social”, aunque advierte “no exento de problemas”. Leyba toma datos de un análisis comparativo elaborado por Federico Sturzenegger, para afirmar que “el PIB por habitante de la Argentina se mantuvo en el 75% del de Australia desde 1900 hasta 1975, año a partir del cual nos separamos drásticamente de la trayectoria australiana”.

Así interpreta que la desindustrialización forzada que arrastramos hace 45 años ha destruido la capacidad de generar empleo productivo urbano: 19 caídas del PIB por habitante entre 1975 y 2018.

Las series históricas muestran que efectivamente la Argentina efectivamente tuvo un proceso sostenido de crecimiento entre 1930 y 1975, según datos recopilados por la consultora Orlando Ferreres y Asociados. En ese lapso la expansión fue relativamente menor que la registrada por los países emergentes, pero se mantuvo en paralelo con los países desarrollados.

Igual que Estados Unidos

Las mediciones de Leyba son coincidentes: el PIB por habitante de la Argentina entre 1944 y 1975 creció a la misma velocidad que el de Estados Unidos, “ni más ligero ni más despacio”.

Hubo progreso comparado (y absoluto) hasta 1975 y particularmente desde 1945, sostiene este economista. Las tasas de expansión comparadas lo demuestran: desde 1900 hasta 1945, el PBI per cápita creció 1,03% anual acumulativo y desde 1945 hasta 1974, 1,98% y de entonces a hoy, 0,58%.

Argentina tuvo una recesión cada tres años lo que suman un total de 25 años de contracción de la actividad desde 1960 indica el economista Martin Rapetti, director del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).

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Pérdida de oportunidades

La experiencia reciente muestra que la Argentina se ubicó en el podio de las oportunidades perdidas: junto con la República del Congo fue la nación que más recesiones sufrió en las últimas décadas.

Claramente Argentina es un país de oportunidades perdidas si se toma en cuenta que en 1919 la enciclopedia Larrouse decía “todo hace creer que la Republica Argentina está llamada a rivalizar en su día con los Estados Unidos de América del Norte, tanto por la riqueza y extensión de su suelo como por la actividad de sus habitantes y el desarrollo e importancia de su industria y comercio cuyo progreso no puede ser más visible”.

Más cerca en el tiempo hacia fines de los años 1950 Argentina producía más autos que Corea del Sur. En 2018 la producción automotriz de Argentina alcanzó los 467.000 vehículos en tanto que Corea superó las 4 millones de unidades, es decir casi 10 veces más.

Con todo, la Argentina supo tener no hace mucho un crecimiento a tasas “chinas”. Fue entre 2003 y 2007 cuando registró aumentos del producto bruto interno del 8/9% anual, que se lograron tras caer casi 11 % en 2002.