Los buenos modales entre oficialismo y oposición llegaron a su fin. La transición política entre socialismo y justicialismo alcanzó su mayor grado de rispidez en el día de ayer cuando la bancada peronista decidió retirarse del recinto tras negarse a discutir la aprobación del Plan Abre.
En efecto, los once diputados del PJ abandonaron la legislatura luego de denunciar al Frente Progresista de ejecutar una maniobra que busca condicionar y debilitar al próximo gobierno de Omar Perotti. El hecho
La conversión del Plan Abre en ley, que ya tenía media sanción de Senadores, supone, que a partir del año próximo, se extiendan las partidas presupuestarias a todos los municipios en un monto superior a los 3.000 millones de pesos.
Lo acontecido en el día de ayer en diputados es, en suma, el desdibujamiento de los roles, donde el interbloque oficial en la Cámara ya opera como oposición. La mayoría efectiva que conserva el socialismo permite la concreción de ciertas prácticas y estrategias políticas que sin embargo, no son fruto del conceso ni del acuerdo, en un momento donde el repliegue es inexorable.
El temor del justicialismo, ahora, es que a partir de lo sucedido en el día de ayer, el oficialismo intente presentar de manera subrepticia, la ley de presupuesto del año próximo.
El ajedrez de la política mantiene aún modalidades no escritas que se retiran, en donde los movimientos de las piezas siguen imponiéndose sobre la volatilidad de la palabra.