Es transmitida por un parásito, causa daño severo al hígado, bazo y piel y es resistente a terapias disponibles. Ya provocó dos muertes.

Una nueva enfermedad que causa severo daño al hígado, el bazo y la piel fue identificada recientemente por un equipo de investigadores en el noreste de Brasil. La misma es causada por un parásito llamado Cridia sergipensis, que se mostró resistente a los tratamientos disponibles y se sospecha que ya ha infectado a más de 150 pacientes, provocando dos muertes en Sergipe, localidad de la costa atlántica de la región noreste.

Los síntomas de la enfermedad son similares a los de la Leishmania visceral y cutánea juntas, es decir el parásito ataca la piel y las vísceras de los pacientes. Sin embargo, no responde a los tratamientos convencionales usados contra la leishmaniasis. La nueva especie ha sido descrita en la revista Emerging Infectious Diseases por investigadores de varias universidades brasileñas en cooperación con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos.

La forma visceral es la más severa de la enfermedad y es fatal si no se trata. En Brasil se presenta el 90 por ciento de casos reportados anualmente en América Latina. Los parásitos de Leishmania se transmiten mediante las picaduras de las hembras infectadas de moscas de la arena.

Dependiendo del tipo de Leishmania, los síntomas aparecen semanas o meses después de la picadura de la mosca de arena y consisten en pérdida de peso, anemia, agrandamiento del hígado y el bazo que puede distender el abdomen, fiebre intermitente, y altos niveles de inmunoglobulina en la sangre.

Jefe del laboratorio de biología molecular del Hospital Docente de Aracaju, Pacheco dijo que el [primer] paciente resultó resistente al tratamiento. “La biopsia reveló la presencia de macrófagos parásitos (glóbulos blancos grandes que ingieren microorganismos infecciosos). Al principio pensamos que el parásito era resistente. Después de la secuenciación del genoma llegó la sorpresa, se trataba de un nuevo agente”.

“Actualmente tenemos varios pacientes con este parásito y necesitamos comprobar si se trata de una infección aislada o de una coinfección con Leishmania”, manifestó João Santana da Silva, profesor principal y especialista del Centro de Investigaciones en Enfermedades Inflamatorias (CRID) de la Universidad de São Paulo, uno de los coautores del estudio.

“Esta es la primera advertencia, aún necesitamos diagnosticar dónde se encuentra este parásito, cuáles son los vectores, cómo se transmite y desarrollar un fármaco efectivo. Este proceso podría tomar varios meses”, agregó.