Las necesidades del gigante asiático aceleran la habilitación de plantas. El mercado interno retrocede por la crisis económica.

Las exportaciones de carne bovina durante el mes de agosto sumaron 54 mil toneladas peso producto, lo que equivale a unas 80 mil toneladas de res con hueso. Esto no sólo representa un salto más que importante respecto de meses anteriores sino también el retorno a niveles no registrados desde el año 2005.

Según el informe central de Lote de Noticias, el portal informativo del Rosgan, Argentina exportó 489 mil toneladas equivalentes de res con hueso, 46 por ciento más que en igual período de 2018. El principal factor detrás de este impresionante crecimiento es China.

De enero a agosto de este año, las compras chinas representaron el 72,6 por ciento del total de embarques, cuando en igual período del año pasado su participación ascendía a 52,1 por ciento.

Mientras que China duplicó sus compras en un año, otros destinos como Rusia y Hong Kong vieron reducir sus embarques a la mitad. Esta especie de ‘enroque' de mercados responde a la necesidad de administrar una capacidad de procesamiento limitada, priorizando el destino que actualmente todo lo lleva.

"La industria exportadora sin dudas está pasando por uno de sus mejores momentos, con costos de estructura licuados por efecto de un tipo de cambio más debilitado y con una enorme demanda que parece no tener más límites que su propia capacidad de procesamiento", señaló el informe del Rosgan.

A su vez, agregó, "se abastece en un mercado cuyo principal competidor en la puja por la compra _el consumo_ no ofrece resistencia".

De acuerdo a las últimas estimaciones conocidas de análisis privados, el impacto de la fiebre porcina en China parece ser mucho mayor al previsto originalmente. Se estima que la reducción del stock de cerdos a fin de este año _ya sea por mortandad o por matanza preventiva_ podría escalar a cerca del 70 por ciento del stock total. Con lo cual, una situación que allá por agosto del año pasado se planteaba como transitoria, hoy ya se descuenta un par de años más, hasta tanto oferta global de proteínas logre incrementarse de manera estructural.

Señal de ello es la cantidad de nuevas habilitaciones que han estado otorgando las autoridades chinas a plantas frigoríficas en varios países exportadores. Es que, de algún modo, China "ya ha logrado mensurar el potencial impacto de este faltante, tomando conciencia de que su principal cuello de botella se encuentra en la capacidad de procesamiento de sus proveedores".

Habilitación masiva. Considerando sólo la región, en Argentina lleva habilitadas algo así como 25 plantas, contando las últimas 8 del mes pasado. En Brasil, también el mes pasado se dio a conocer la habilitación de 17 plantas más que se suman a las 16 plantas ya habilitadas. En tanto Uruguay cuenta con 27 plantas habilitadas para exportar a este país, con la última habilitación conseguida hace 5 meses. Con mayor cantidad de establecimientos habilitados, China no sólo está asegurando volumen sino también un mercado más competitivo que le permita de algún modo limitar la fenomenal suba de precios que está registrando localmente.

En relación al mercado local, se ve que los valores que pagaron en los últimos meses muestran una sustancial mejora. El valor promedio de los embarques de agosto se ubicó en u$s 4.781 por tonelada, lo que se traduce en un incremento del 17,6 por ciento interanual, superando incluso lo que paga el mercado doméstico. El valor promedio de lo que pagó China en agosto, llevado a moneda local a un dólar que por ese entonces se ubicaba en $ 54, representaría unos $ 258 por kilogramo, lo que supera ampliamente los $ 100 a $ 114 por kilo a gancho que pagaba el consumo por la vaca regular.

Sin embargo, comparando el precio internacional de la vaca que normalmente lleva China entre los países de la región, Argentina se encuentra entre un 35 por ciento y un 50 por ciento por debajo del promedio Brasil y de Uruguay, respectivamente.

De acuerdo a los datos relevados por el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la vaca manufactura argentina cotiza actualmente u$s 1,71 por kilogramo mientras que su equivalente en Brasil se ubica en u$s 2,30 por kilo y la manufactura alta de Uruguay lo hace en u$s 2,58 por kilo vivo.

A su vez, la mayor brecha de precios se abre entre lo que recibe el productor por su hacienda en pie y el precio de exportación de ese mismo animal. En el caso de la vaca, el valor en dólares de la de conserva en el Mercado de Liniers resulta menos de la mitad de su valor internacional. Esto no es más que el resultado de pocos jugadores comprando en un mercado de concentración que cuyo nivel de oferta es prácticamente inflexible una vez ingresados los animales.

"De acuerdo a lo observado en los datos de faena del mes de septiembre a partir de cifras provisorias publicadas por el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (Ruca), con más de 1,2 millón de animales faenados y consumo interno literalmente estancado, todo hace suponer que se cerró otro mes muy bueno en términos de exportaciones. Más aún, si se analiza la evolución de las 8 plantas recientemente habilitadas para exportar a China, se deduce que todas ellas han aumentado su nivel de actividad durante el mes, lo que también es indicio de una mayor producción volcándose potencialmente al mercado externo", indicó el estudio del Rosgan.

Pero lo más sorprendente se espera para octubre, dado que estas plantas ya estarían plenamente activas para la exportación desde inicio del mes. A su vez, octubre es uno de los últimos meses que podríamos ver embarques fuertes a China, previo al inicio de las fiestas del año nuevo al tiempo que, localmente, la oferta de vacas debería comenzar a bajar por propia estacionalidad.

¿Habrá derrame? De acuerdo al análisis del Rosgan, más plantas habilitadas para exportar suponen mayor nivel de competencia. En consecuencia, "sin cambios o intervenciones inesperadas en el mercado, una mayor competencia podría llegar a generar estos ansiados vasos comunicantes entre lo que percibe la exportación y lo que recibe el productor ganadero".

Nuevamente, las definiciones que deberá dar el nuevo escenario político serán cruciales para sostener este grado de apertura al mercado externo y, por ende, de competencia en el plano local.

Existencias. Según el último reporte de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), "al analizar los números de faena y su composición podemos inferir que los productores, ante la caída de la rentabilidad de la cría, adelantaron la decisión de achicar los stocks, aumentando la faena de hembras a niveles casi nunca antes vistos (49 ,1 por ciento)".

En septiembre, la faena de hacienda vacuna se ubicó en 1,205 millones de cabezas y completó el mejor tercer trimestre de los últimos diez años. Los productores ganaderos continuaron reduciendo sus rodeos y la participación de las hembras en la faena total fue superior a la observada en septiembre del año pasado. Al mismo tiempo, y luego de caer durante diez meses consecutivos, en el noveno mes del año la faena de machos exhibió una variación positiva. Se registró un crecimiento de 16,7 por ciento con relación a septiembre de 2018.

En el tercer trimestre de 2019 se faenó un total de 3,66 millones de cabezas de hacienda vacuna, es decir 312,9 mil cabezas más que en julio-septiembre de 2018 ( 9,3 por ciento; 312,9 mil cabezas). "De esta forma, la industria frigorífica completó el mejor tercer trimestre de los últimos diez años", aseguraron desde Ciccra.

En nueve meses de 2019 la faena de hacienda vacuna ascendió a 10,1 millones de cabezas, superando en 1,4 por ciento el nivel de actividad de enero-septiembre del año pasado. Un aumento de 140,4 mil cabezas. En lo que respecta a la producción de carne vacuna, en septiembre equivalió a 273 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h) y superó en 15,1 por ciento a la de septiembre del año pasado ( 35,9 mil tn r/c/h).

En el trimestre julio-septiembre la industria frigorífica produjo un total de 829 mil tn r/c/h de carne vacuna. Es decir, 7,2 por ciento más que en igual trimestre de 2018 ( 56 mil tn r/c/h). Fue, de nuevo, el nivel de producción más elevado desde el tercer trimestre de 2009.

En enero-septiembre de 2019 se produjo un total de 2,28 millones de tn r/c/h de carne vacuna, es decir un nivel similar al de los primeros nueve meses de 2018 ( 2,4 mil tn r/c/h).

Al mercado interno se habrían enviado 1,712 millones de tn r/c/h en lo que transcurrió de 2019, cerca de 9,6 por ciento menos que en igual período de 2018.

Esto implica que el mercado interno habría absorbido 75 por ciento del total producido, una caída de 8 puntos porcentuales. En tanto, la industria frigorífica logró compensar la retracción del mercado doméstico con la expansión de las exportaciones. En la comparación interanual esto habría implicado un crecimiento de 47,7 por ciento tn r/c/h anual, suponiendo que en septiembre se haya arepetido la extraordinaria performance observada en agosto pasado. Las exportaciones habrían llegado a representar 25 por ciento del total producido ( 8 puntos porcentuales).

Con estos guarismos, la cadena de valor de la carne vacuna está a las puertas de establecer un nuevo máximo histórico en materia de exportaciones. Hasta el momento el récord está ubicado en 1969 (775 mil tn r/c/h) y el segundo registro más elevado en 2005 (745 mil tn r/c/h), durante la presidencia de Néstor Krichner.

Consumo en baja. El consumo aparente per cápita de carne vacuna corre en sentido contrario. A los primeros nueve meses de 2019, equivalió a 50,8 kg por habitante por año. Cayó 6 kilos, o un 10,5 por ciento..

La facturación por exportaciones de carne vacuna llegó a 1.739,2 millones de dólares, lo que arrojó un crecimiento de 41,5 por ciento interanual ( 509,9 millones de dólares). El precio promedio se ubicó en 3.552 dólares por tn r/c/h y quedó 3,4 por ciento por debajo del promedio correspondiente a enero-agosto de 2018.