Un gesto dice más que mil palabras. Cómo podemos reconocer qué dice cada uno. Tips para tener en cuenta.

Durante la campaña electoral vemos acciones de todo tipo. Los rostros dicen mucho y a veces los gestos son más importantes que las palabras.

El Dr. Sergio Rulicki es experto en comunicación no verbal. Doctor en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Austral,  Licenciado en Ciencias Antropológicas por la UBA y Director de la Diplomatura en Comunicación no verbal y en contacto con LT10, en el programa Todo Pasa dio detalles de que podemos observar para sacarle la ficha al candidato.

Entre los tips que podemos tener en cuenta como ciudadanos comunes para seguir el debate se encuentran las sonrisas. Si bien hay sonrisas categorizadas en torno a su significado hay una que es bien nuestra y que nos diferencia es bien argentina. Como ejemplo podemos mencionar a Gardel, es el canchero, es la sonrisa que se relaciona con el orgullo narcisista, el creerse más que los demás. Y es la que encontramos con frecuencia en los candidatos afirma el experto.

Podemos reconocer también marcadores de asco, es cuando se afirman las arrugas en el puente de nariz . Cuesta disimular el malestar o la incomodidad.  Encontramos el gesto de labios apretados, es el que refiere a un intento de disimular el odio. Y uno que se reconoce bien es el disfrute de la ira, que es cuando el labio superior va hacia dentro o bien los labios están bien apretados. Los mencionados son gestos fácil de reconocer, no solo en los políticos sino también en nuestro trato cotidiano.

Rulicki investigó profundamente las sonrisas y señala que las burlonas no se dan solo en los candidatos. Se denominan caras del mal y se encuentra con frecuencia en los psicópatas. Son los condenados judicialmente por crímenes graves, los sociópatas. Estas sonrisas también las podemos ver en los clase política.

En la actualidad, el marketing político le impone a los candidatos determinadas actitudes y comportamientos. Pero señala Rulicki que forzar una sonrisa es muy difícil. Cuando se les dice a los políticos que tienen que sonreír sino tienen esta cualidad positiva se nota cuando intentan disimular. Lo que se transmite da hostilidad y causa el efecto contrario.

A la hostilidad la reconocemos en la sonrisa con el labio levantado a la altura del canino que nace desde el interior y que se intenta disimular elevando las comisuras de los labios, en definitiva, se convierte en una mueca.

Consultado sobre si percibimos en nuestro inconsciente como votantes lo que se describe anteriormente, el experto señala que es un tema de debate pero que si se puede afirmar que cuando hay coincidencia o simpatía por el candidato en cuestión somos más benévolos con las críticas. Transformamos lo negativo en positivo. Por ello, depende de cómo juzgamos, como lo vemos.

Y están las "Caras del mal", son los gestos de los criminales que son conscientes pero también a estos rasgos psicopáticos los puede tener gran parte de la poblaciòn. Hay que poder discernir. No hay que estigmatizar, no existe un rostro que sea psicótapa, lo que se analiza es la expresión. En este sentido, lo que observamos en esta clase de personas es burla, sonrisas guasónicas como en la película. Son sonrisas extremas donde las comisuras de los labios se estiran hasta el límite, una sonrisa exagerada.

Y finalmente, podemos señalar las miradas maníacas que mantienen los ojos bien abiertos, o hay relajación de párpados superiores donde estos se presentan como caídos, esas son señales a tener en cuenta de rasgos psicopáticos.

Están los que no dicen nada con sus gestos, son los que parecen no transmitir nada, comunmente llamados "cara de poker", nunca se sabe si disfrutan o no.

Hace un tiempo, la serie "Lie to me" tuvo amplia repercusión justamente por resolver crímenes con solo observar los gestos.