Los compromisos hasta el 10 de diciembre parecen manejables. Pero desde ese día el horizonte se complica. Son u$s15.300 millones hasta marzo. Acuerdo con los acreedores debe ser en primer trimestre.

Esta semana, el Ministerio de Hacienda tendrá que afrontar el pago de 376 millones de dólares en concepto de intereses de 3 títulos públicos en moneda local y extranjera. Y desde el 17 hasta fin de mes, los compromisos por la deuda pública ascienden a u$s1.061 millones. Y hasta el 10 de diciembre, u$s2.269 millones más. En total, u$s3.706 millones.

Reservas

En el mercado se multiplican las planillas de Excel. Los analistas hacen y rehacen cuentas para determinar hasta cuándo alcanzarán las reservas de libre disponibilidad y el refuerzo que el Tesoro tiene en el Banco Central. Y sobre la base de las obligaciones futuras, cuál es el margen de tiempo para comenzar las negociaciones y cerrar un acuerdo para la reestructuración de la deuda.

La reprogramación unilateral de los vencimientos de Letras del Tesoro, más el anuncio de que el país buscará la reconformación de la deuda soberana hacen suponer que son nulas las probabilidades de obtener nuevo financiamiento. Y que el desembolso pendiente del Fondo Monetario Internacional (FMI) seguirá postergado. Pese a las reuniones que mantendrá en Washington el ministro Hernán Lacunza con funcionarios del Fondo y de la Administración Trump en el marco de la asamblea anual conjunta del FMI y el Banco Mundial.

La decisión parece más vinculada a la política que con la eventual solidez de las cifras de septiembre que los técnicos llevaron a Washington, en un intento por destrabar el giro de los u$s5.400 millones. Se da por descontado que, más allá del resultado de los ejercicios numéricos, el veredicto del directorio seguirá demorado a la espera una definición electoral.

Pago de vencimientos

Sin crédito nuevo, con una exportación retraída y el goteo de los depósitos privados en dólares, la única fuente de recursos para atender los pagos hasta el 10 de diciembre son las reservas.

En principio, la cifra está cubierta con la parte de los dólares que el Tesoro tiene en su cuenta del Banco Central. Son las divisas que el FMI había otorgado al país al inicio del programa stand by, en concepto de “fortalecimiento de las reservas” y que Hacienda asegura que eran para atender desfasajes presupuestarios.

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Alcanzan, aunque muy ajustadamente. El saldo de u$s7.163 millones que tenía esa cuenta a principio de este mes se redujo a poco más de u$s4.000 millones desde que el organismo multilateral aprobó el uso de esos recursos para hacer frente a los vencimientos de deuda.

Caída de reservas

Las reservas totales vienen en caída. El viernes terminaron en u$s47.844 millones. En lo que va del mes, la baja fue de u$s858 millones. Y vienen de una erosión de u$s5.396 millones en septiembre y de u$s13.900 millones en agosto. Es cierto que la última estadística del BCRA muestra que se frenó la pérdida. Fueron apenas 7 millones menos el viernes. Pero en el mercado recuerdan que en sólo 6 meses, el drenaje ascendió a casi u$s30.000 millones.

Las divisas de libre disponibilidad ya están por debajo de los u$s10.000 millones. Eso explica por qué el Gobierno dispuso la obligatoriedad de los organismos estatales de invertir sus excedentes financieros en Letras del Tesoro. Probablemente también el freno en la caída de reservas. Ya se dispusieron dos colocaciones compulsivas al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.

Lo que quede en el BCRA el 10 de diciembre dependerá de la dinámica de los depósitos en dólares y de la dolarización de portafolios. Los privados retiraron poco más de u$s11.500 millones de sus cuentas desde las PASO. Un 35% del total. El stock actual es apenas inferior a u$s21.000 millones. Según las planillas de Excel que alimentan los analistas del mercado, el encaje por esos depósitos y el efectivo en dólares que los bancos tienen en sus cajas alcanzan para cubrir 58% del total.

Este jueves vencen los intereses de los Bontes. Son en pesos, pero el equivalente en dólares es de u$s167 millones. A esto se suma el pago de intereses en dólares de los Bonar 25 y Bonar 37, por u$s209 millones. El martes 22 se deberá pagar la renta de los Globales 2021, 2026 y 2046, por un total de u$s503 millones. Y sobre fin de mes, otros u$s472 millones de Letras reprogramadas en pesos y en dólares.

Futuras complicaciones

El margen de acción parece manejable hasta el 10 de diciembre. Las cifras se complican para 2020. El año próximo los vencimientos ascienden a u$s38.600 millones. El 56% son obligaciones en pesos, pero que pagan tasas superiores a 50% anual o ajustan por inflación, que en los últimos 12 meses tuvo una variación de 55%. El resto son compromisos soberanos en moneda extranjera.

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El horizonte para negociar y tener cerrado un acuerdo con los acreedores privados no parece ir más allá del primer trimestre. Entre la ceremonia de asunción de diciembre y fin de marzo hay obligaciones de capital e intereses por u$s15.300 millones. La mayor parte, en dólares.

Eso explica por qué el riesgo-país todavía sigue alto, cerca de los 1.900 puntos básicos, y la paridad de los bonos está apenas por encima de 40%.

También se entiende el interés de la administración Macri por avanzar con el FMI para el caso de conseguir un segundo mandato. Y la prioridad que le asigna al tema Alberto Fernández: de consagrarse presidente el domingo 27, tiene previsto viajar a Nueva York y Washington, quizás la misma semana, para iniciar formalmente el contacto con los grandes fondos que concentran la mayor parte de las tenencias de los bonos argentinos.