Te das vuelta para un lado, te das vuelta para el otro, y no hay manera. El sueño no llega o lo hace por momentos y terminás despertándote varias veces en la noche. Eso no es descanso y puede afectar tu salud... y tu estómago. Dormir mal por las noches aumenta las ganas de comer algo rico en grasas.

Según un estudio de la Universidad de Northwestern (Chicago), una mala noche de sueño, provoca un aumento en las hormonas llamadas endocannabinoides por lo que repercute en lo que comemos impulsivamente. Por un lado, nos da deseos de comer y no solo eso, sino que optamos por consumir lo que comúnmente llamamos comida “chatarra". Las galletitas, las golosinas y las papas fritas de paquete son las opciones más elegidas a la hora de saciar el hambre.

El profesor asistente de neurología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, Thorsten Kahnt, que dirigió el estudio, contó con la participación de 29 hombres y mujeres de entre 18 y 40 años, los cuáles se repartieron de forma mixta, en dos grupos. Uno de éstos durmió por la noche normalmente, mientras que el restante de las personas perteneciente al otro grupo, solo durmieron cuatro horas.

El día después al experimento, a los participantes se les entregó un menú estricto para desayuno, merienda y cena; además de otras opciones como snacks y alimentos para “picar”.

Los resultados de la investigación dejaron en evidencia que aquellos que descansaron poco por la noche, cambiaron la comida entregada, prefiriendo alimentos altos en grasa, como galletitas con chips de chocolate, porciones de tortas o papas fritas.

Las personas que habían descansado poco, mostraron una mayor actividad en el área cerebral que capta los olores y se “sobrecompensaron" al elegir alimentos con muchas más calorías.

Dormir cuatro horas produjo que los participantes tuvieran más elevados los niveles de la molécula 2-oleoilglicerol, encargada de regular el hambre. Descansar poco, concluyeron, interrumpe la conexión entre neuronas involucradas en el apetito, lo que muchas veces hace preferir alimentos poco saludables para la salud.

Estos hallazgos son importantes para contribuir en futuras investigaciones acerca de la mala alimentación y la obesidad, cada vez más frecuente en la población.

El sueño de los argentinos

En Argentina, el insomnio afecta a alrededor del 64 por ciento de la población, según una encuesta anual de 2018, que indica que los argentinos admiten padecer insomnio, ronquidos, apnea, síndrome de las piernas inquietas, narcolepsia u otra condición que lleva a un trastorno del sueño.

Las personas que tienen problemas de sueño, tienden a lidiar con su peso y muchos recurren a alimentos grasosos y azucarados para satisfacerse rápidamente, lo que no es favorable, ya que una mala alimentación, como decimos con frecuencia desde Con Bienestar, puede traer efectos negativos en su salud.