Ciudad Deportiva de Rosario Central. Viernes. Calor intenso. Comenzamos a caminar sobre el pasto impecable de la cancha del Pozo, a la orilla del río, con poca luz. Ella, descalza. Un poco tímida de entrada, pero se suelta, como cuando ataca por la derecha. Selena Chamorra entró en la historia del fútbol femenino, aunque para ella fue “un gol más”. Los libros dirán que fue la futbolista que marcó el primer tanto en el profesionalismo aunque, paradójicamente, ella no es profesional.
“Me tengo que tomar dos colectivos para ir a entrenar. El 128 me deja en la terminal de Rosario y después otro hasta Baigorria”, explica Selena, quien por el momento no cobra nada de parte del club. “Casi siempre alguna compañera me acerca que tome un solo cole”, agrega la mediocampista, la menor de los tres hermanos. Y ellos tuvieron mucho que ver en su presente…
“Siempre jugaba con chicos, con los amigos de mis hermanos (Franco y Marcos), que eran siete años mayores que yo. Mis hermanos siempre me cuidaban para que no me lastimen".
-¿Era complicado jugar contra los varones?
- No me dejaban jugar cuando era un partido ‘duro’ o ‘importante’. Entonces miraba, simplemente.
-¿Cómo lo tomaban los rivales jugar contra vos?
- Cuando jugábamos en contra de personas que no eran conocidas, algunos me iban fuerte por el simple hecho de que no les gustaba que yo esté jugando y otros directamente no me querían sacar la pelota porque era nena y les daba cosa o no me querían lastimar.
-¿Y qué decía tu papá?
- Es muy apasionado con el fútbol. Se ilusionaba con que sus hijos jueguen al fútbol. En el momento que se dio cuenta que esto era lo que a mí me gustaba y me hacía feliz, con todo entusiasmo me apoyó y alentó a seguir. Él –Miguel- me llevaba a los partidos y estaba ahí gritando por mí.
-Y tu mamá…
- No le entusiasmaba mucho la idea de que yo hiciera fútbol. También en paralelo estaba haciendo otro deporte, atletismo, me iba muy bien y a ella le gustaba. Le dolió que lo haya dejado para comenzar fútbol en Central.
“Mi papá siempre nos compraba pelotas o las ganábamos en sorteos del barrio. Se nos iba a la calle y los autos la pisaban, o quedaban entre las ramas de los árboles. Entonces teníamos que comprar otra. En la Plaza Galicia es el lugar donde comenzó todo, tengo los mejores recuerdos”, relata Selena y reconoce que también muchas veces escuchaba comentarios como “que hace esa chica jugando con varones”.
Las chicas que juegan al fútbol suelen convivir con la mirada de los otros y Chamorra no fue la excepción: “En su momento, no sólo mi mamá lo veía de forma prejuiciosa sino también la sociedad. Hace no mucho tiempo, hubo un cierto cambio en ella. Notó que esto era lo que yo realmente quería y, desde ese momento, comenzó a interesarse más sobre lo que es el fútbol femenino haciéndome preguntas, etc. Ahora es ella la que sin peros me sigue a todos lados con tal de verme jugar”.
“Nunca me sentí discriminada, aunque estoy segura que sí lo fui. Siempre traté de escucharme a mí misma y no a los de afuera, a menos que sea algo positivo. Hasta el día de hoy, me gusta y me ayuda mucho quedarme con las cosas buenas que me brinda la gente cercana como por ejemplo, una palabra de aliento o un consejo de un ser querido”, asegura cuando la noche ya le ganó al día.
El reloj marcaba dos minutos, en cancha de Gimnasia. Selena empujó la pelota a la red y convirtió el primer gol en el partido que abrió el campeonato, en el que Central se impuso por 5-1 ante Villa San Carlos: “No me había dado cuenta. Después me saludaban todos, periodistas, compañeras… yo lo más normal decía gracias. Más tarde me di cuenta la repercusión que tuvo”.
- ¿Cómo arrancaste en el fútbol?
- A los 7 años me llamó un entrenador para ir a jugar con un partido con chicos y fui.
-Y…
- Ese día me erré tres goles abajo del arco, jaja. Pero le gustó cómo jugué y me dijo que siga yendo al torneo. Con Villa del Parque llegamos hasta la final y perdimos.
-¿Seguiste jugando en ese club?
- Me invitaron a jugar una Liga con ese mismo equipo, pero no pude participar porque era mujer.
Tras ese frustrado comienzo en el mundo del fútbol empezó a practicar atletismo, deporte en el cuál entrenó y compitió durante nueve años. Emiliano Hernández fue su entrenador y Sele se mostró muy agradecida por todo lo que aprendió con él: “Es un referente y un ídolo para mí. Me enseñó muchísimo, tanto técnica como táctica y siempre me apoyó para que siga con lo que me apasiona”.
“El profesor nos decía que llevemos frutas para los entrenamientos y yo siempre me ponía a hacer jueguitos con las naranjas. Esas cosas me indicaban que mi pasión era el fútbol y en 2017 decidí cerrar una etapa”, comentó recordando aquellos momentos.
Ese año, Daniela, su madrina, le comentó que estaban haciendo pruebas en Central y ambas quedaron: “Arranqué en escuelita, entrenábamos en una canchita de futbol 5 que era muy chica, había una planta en el medio y no había mucho espacio para el fútbol femenino. Después pasé a Reserva, donde estuve un año y salimos campeonas de la Liga Casildense y la Cañadense. En 2019 integré el plantel de Primera”. Y llegó el día en el que quedó en la historia… “No sólo la noche anterior, en la semana ya soñaba cosas con respecto al partido. Cómo hacer un gol, dar una asistencia, traernos los tres puntos a casa y más. Pensaba mucho, estaba ansiosa, quería jugar”.
SUEÑOS
La historia con la pelota comenzó cuando tenía cuatro años, en el barrio Alvear, donde vive actualmente. Le gusta dormir. Terminó la secundaria en 2018 y desea estudiar Kinesiología, pero es privada y cuesta mucho dinero, por lo que tratará de conseguir una beca para acceder a estudiar esa carrera que tanto anhela.
“Hoy no estudio ni trabajo, sólo me dedico al fútbol. Cuando hacía atletismo, había días y ciertos horarios en los cuáles me encargaba del cuidado de niños del grupo de iniciación de este deporte y también, daba prácticas recreacionales de pruebas atléticas junto con mi entrenador. Siempre me gustó darle una mano con los más pequeños, yo me divertía viendo cómo se ilusionaban por aprender. Aunque no era un trabajo como tal, para mí era una linda y gran responsabilidad estar ahí para ellos”, admite.
Selena ya cumplió su primer sueño. Aquella chica que corría detrás de una pelota en la plaza Galicia hoy está en Primera y, ahora, tiene otros dos deseos: “Vestir la camiseta de la Selección y que las jugadoras el día de mañana puedan vivir de esto”. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Marta y Alex Morgan son algunos de sus referentes en el fútbol y afuera de la cancha tiene su favorito: “Mi papá es mi ídolo. Él me dio ánimo siempre, nunca me juzgó, siempre estuvo para mí, tanto en lo futbolístico como en lo personal”.
