Ayer fue dictada la prisión preventiva para Santiago Fernandez, el único acusado por el femicidio de Ana Alurralde. Sobre el acusado, vuelve a recaer la sospecha de ser partícipe de la desaparición de quien fuera su pareja, Marta Romero, de la que se desconoce su paradero desde 1988. Gilda Chartier, amiga de Marta, habló para Cadena Oh! a más de 30 años de su ausencia.
Con la noticia del asesinato de Ana María Alurralde, reflotó el caso de Marta Romero, quien se encuentra desaparecida desde 1988. Ambos casos se conectan ya que las mujeres tenían en común la misma pareja: Santiago Fernandez de 66 años, ahora imputado por el femicidio de Ana Alurralde.
Gilda Chartier, amiga de la infancia de Marta Romero, habló en exclusiva para Cadena Oh! luego de años de angustia: “estoy viviendo un momento de esperanza pero también de dolor. Marta era una amiga del alma, ella era una muy buena amiga hasta que esta persona la empezó a consumir como una planta. Él la transformó”.
Gilda conoció a Marta en el año 1976, cursando el tercer año bachiller, en el colegio Nuestra Señora del Huerto, de la ciudad de Santa Fe. Desde ese momento fueron amigas inseparables: “ella era una persona muy alegre, su sonrisa era una carcajada muy ruidosa. Llevaba siempre su cabello muy largo, rubio y luminoso”, comentó Gilda.
“Ella conoció a Santiago Daniel Fernández porque le cobraba unos libros que le había vendido su mamá, Nani. Al poco tiempo se fueron a vivir juntos. Al principio, él parecía una persona normal, pero después empezó a celarle mucho y dejó de estar con las amigas. A mi casa empezó a venir cada vez menos, me decía que no quería que él se entere que ella salía. Nunca supe que él le haya pegado, pero la trataba muy mal psicológicamente. Ella volvía seguido a la casa de la madre cuando él se enojaba” explicó Gilda.
Cuando Gilda supo de la desaparición de Marta, fue a declarar a la comisaría tercera, donde le preguntaron si tenía alguna sospecha: “dije que sí, pero pregunté si lo decía el acusado podía enterarse. Me contestaron que filtraciones siempre hay, entonces tuve miedo de hablar”.
Tiempo después, el Juez Costa, que entendía en la causa, la citó en su despacho, comentó Gilda, “quien me dijo que me llamaba porque la mamá de Marta lo tenía cansado queriendo saber lo que había pasado con su hija, pero él no sabía nada e inmediatamente me echó del lugar. En ese momento comprendí que la justicia no iba a hacer nada”.
Luego de conocerse la imputación de Santiago Daniel Fernandez, Gilda, que vive en Miami desde hace unos años, envió una carta a la fiscal Ana Laura Gioria, para ponerse a disposición si así lo requiere: “me enteré del caso por una amiga que me mandó un mensaje y me dijo que el marido de Marta estaba implicado en un caso de femicidio. A partir de allí comencé a leer los diarios. Todavía no puedo olvidarla, estoy muy emocionada”, concluyó.
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