Con Cristina Fernández de Kirchner ya en Santa Cruz -llegó a Río Gallegos ayer pasada la medianoche para emitir su voto-, el kirchnerismo se dispone a estas eleecciones.

En Santa Cruz, con Alicia Kirchner ya elegida para un mandato más y con la cámara provincial renovada con amplia mayoría oficialista, este domingo los que juegan su partido serán los intendentes y ahí es donde el kirchnerismo pone el ojo.

La capital santacruceña sabe de alternancia, el electorado riogalleguense es extremadamente volátil y por momentos casi impredecible: con esos antecedentes, Máximo Kirchner está siguiendo muy de cerca lo que pasa en su terruño.

Con la ley de lemas en juego, los analistas, dos referentes porteños que trabajan para cada uno de los distintos bandos, hablan de “una elección cerrada y abierta a cualquier lema”: radicales o peronistas. En Santa Cruz es así: no hay Frente de Todos, Unidos por el Cambio, o nombres marketineros. O sos del Frente (el histórico Frente para la Victoria) o sos radical. No hay grises, el viento todo lo junta.

Dentro de las particularidades, que son varias, en el lema que aglutina los candidatos de la oposición santacruceña la mayoría optó por no llevar la candidatura de Mauricio Macri, impulsando el corte de boleta hacia la figura de la dupla Fernández Fernández. Macri casi no tiene presencia en Santa Cruz. Lo mismo ocurre en las distintas localidades, los candidatos opositores al kirchnerismo prefieren alejarse de la figura del actual presidente.

Marcada la cancha, el futuro intendente de Río Gallegos se debate entre cuatro personas. Por un lado, el kirchnerista Pablo Grasso, funcionario de Alicia Kirchner y hombre que arrastra la mayor cantidad de militancia activa dentro de la ciudad. Eso tiene su explicación: fue intendente interino por poco tiempo, entre 2014 y 2015, para finalizar el mandato del entonces intendente kirchnerista, Raúl Cantín, y lo aprovechó. Expandió de manera sustancial la masa de planta permanente de la municipalidad para armar su base y le dejó a su sucesor, el radical, Roberto Giubetich 46 centavos en las arcas municipales. Grasso no tiene buena prensa en el electorado pendular, ese que no tiene definición de pertenencia, pero a eso él no le molesta, y hoy es uno de los principales candidatos a quedarse con la intendencia. Tampoco le molesta las denuncias por corrupción que pesan sobre él por su actual gestión frente al IDUV (Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda). El vicegobernador y candidato a diputado nacional, Pablo González, participó de su cierre de lista, pero también se mostró con todos los candidatos del lema.

Junto a Grasso, y sumando votos en el mismo lema, aparece la sombra del fanatismo kirchnerista, el ex diputado nacional Mauricio Gómez Bull. De carácter más sereno y más conciliador, Gómez Bull apuesta a quedarse con todo el voto peronista e independiente que espanta Grasso. Eso sí, cuenta con una espada más que importante a su favor: una eterna amistad con Máximo Kirchner, que se hizo notar en el último tramo de la campaña.

Al lema kirchnerista se le sumó a último momento el hasta hace unos meses atrás diputado provincial por el radicalismo Santiago Gómez. Se trata de un joven empresario del transporte que empezó haciendo sus armas de la mano del senador Eduardo Costa, pero se cansó de los radicales y pegó el salto en la búsqueda de la intendencia. La realidad es que Gómez no aceptó las condiciones de derecho de piso que le imponían desde el comité. Pegó el portazo. Esto alegró a Grasso y Gómez Bull: Gómez les aporta todo el electorado a los que ellos no llegan.

En el lado del radicalismo, en estas tierras el macrismo no existe. Todo está entre dos históricos: Jorge Cruz, ex funcionario de la actual gestión municipal y ex concejal, y Pablo Pato Fadul, presidente del Comité radical de Río Gallegos. Ninguno de los dos llevará la boleta del presidente Mauricio Macri.

A ellos dos se les suma el concejal Fabián Leguizamón y la diputada nacional Roxana Reyes, para muchos obligada a jugar para ser la única que lleve la boleta completa de Juntos por el Cambio. El que puede sumar con votos y hacer la diferencia con el kirchnerismo es el concejal Daniel Roquel, un político joven que heredó la senda de su padre y que presenta su primera postulación a intendente.

Todos se conocen. En la última elección Fadul y Grasso ya se enfrentaron. De hecho, Grasso fue el candidato más votado pero no pudo quedarse con la intendencia por la ley de lemas. Con este intrincado escenario, ayer Río Gallegos amaneció con “sol pero con viento” y un inusual silencio. Todo lo que pasa este domingo es lo que importante y además hay un detalle: la jefa está en el pueblo.