Si existiera una forma eficaz, segura, rápida y sin efectos secundarios para bajar de peso, muchos ya lo habrían implementado con éxito. Uno de los secretos está en controlar qué comemos, la cantidad, cuándo lo hacemos y el ejercicio que realizamos para poder mantenernos en buen estado físico.

Hay infinidades de artículos científicos en torno a temas sobre obesidad y planes alimenticios, aunque lo más indicado es consultar con un nutricionista ya que nos indicará un tratamiento según nuestro cuerpo y el estilo de vida que llevamos.

Lo que consumimos es muy importante: definirá la energía que tendremos a lo largo del día, así como las calorías que ingresan en nuestro organismo porque puede traducirse en distintas cantidades de grasa corporal. Una dieta saludable marcará la diferencia, así lo cuenta a Con Bienestar Teresa Cóccaro, Licenciada en Nutrición (M.N. 5705). Ella nos recomienda:

1. No saltarse el desayuno

Aporta un 20 por ciento de la ingesta calórica diaria. Evitarlo provocará que llegues con más hambre a la hora del almuerzo, lo que podría generar que, en esa comida, se exceda el límite de calorías necesarias. El desayuno es clave para poner en marcha el organismo, el tránsito intestinal y también para comenzar la jornada con mucha energía. Deberá incluir un lácteo (leche, yogur), una fruta fresca o un puñado de frutas secas, además de un carbohidrato (granola, copos o pan integral).

2. Controlar lo que comemos

Realizar un plato inteligente, no llevar la fuente a la mesa porque hará que comamos más. Armar una porción que contenga mitad del plato con verduras (cuanto más color, mejor es el aporte de vitaminas y minerales) y la otra con cereales integrales como fideos, arroz, papa o legumbres. También, se puede sumar una proteína como pollo, pescado, carne roja, huevo y en su reemplazo, una milanesa de soja.

3. Hidratarse correctamente

El agua es la fuente vital y fundamental para el organismo y debemos consumir al menos un litro y medio al día, incluyendo bebidas frías como jugos o soda e infusiones calientes en forma de té o café.

4. Frutas o verduras de estación

Cuanto mayor sea el color de verduras en el plato, además de elegir dos frutas de distinto color para la mitad de la mañana y tarde, mayor será el aporte de vitaminas y minerales.

5. Frutos secos al rescate

Las almendras y nueces son ricas en calorías, pero a su vez, producen sensación de saciedad. Esto provocará que, si se come con moderación por la mañana, estarás más lleno para el almuerzo. Es un gran beneficio para los que desean comer menos, además de que contienen grasas naturales que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.

6. Actividad física

El ejercicio es excelente para la salud y no hay que esperar para hacerlo solo cuando deseamos perder esos kilitos de más. Una persona que realiza actividad física puede llegar a quemar hasta 350 calorías por hora. Lo ideal es comenzar a moverse, andar en bicicleta, practicar algún deporte caminar más o incluso bailar para mantener al cuerpo sano y activo.

7. El sexo no cuenta como ejercicio físico

Se cree que la actividad sexual ayuda a bajar de peso. Un estudio reveló que, en un promedio de seis minutos, se gastan hasta 21 calorías, solo 14 más de lo que hubiera consumido descansando y viendo la televisión.

Para mantener el régimen y un buen hábito saludable, hay que ser prolijo durante la semana. Se puede comer variado pero en poca cantidad y complementando con ejercicio. Podrá darse ese gustito al menos en tres comidas que quedarán para eventos sociales pero mientras que controle en la cantidad.