El músico y periodista eximió de lo ocurrido a la Trova Rosarina y asumió toda la responsabilidad.

El músico Adrián Abonizio ensayó un pedido de disculpas por el hecho que protagonizó el domingo pasado cuando se presentó en la sede local de Juntos por el Cambio para "ver la cara de la derrota" luego de que se confirmara el triunfo en primera vuelta de la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

El creador de canciones como "El témpano" y "De regreso Mirta", publicó una carta de lectores en La Capital en la que dejó su opinión sobre el, según sus palabras, "el bochornoso episodio" que lo tuvo como en el centro de la polémica en San Lorenzo y Maipú.

"Para aquellos que no estén advertidos de lo sucedido en la noche del 27 de octubre donde protagonicé un bochornoso episodio presentándome en la sede centro de Cambiemos, hago saber que mi pretensión estaba basada en acercarme a comprobar in situ la cara de la derrota, a sabiendas del peligro que implicaba, ya que a dos cuadras de allí, en el búnker del Frente para Todos, estallaban los cohetes del triunfo.

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"Intenté ser objetivo y construir una historia donde podría evidenciar, mediante una nota (además de músico soy periodista) los contrastes que se acentúan en los podios y abajo en sus bases. Me salió bastante desprolijo todo y en lugar de emparejar con silencio la opinión tropecé con mi ideario acerca de la justicia o la ausencia de ella, y expresé que estaba cómodo con los resultados electorales.

"Muchos colegas no dicen donde están parados, lo esquivan o lo disimulan, yo no. Ello no me constituye en mejor persona, tal vez en una más frontal pero inconveniente en algunos momentos. Una anécdota banal que a muchos ofendió. Un maltrato verbal que sobraba. Un oxímoron donde el festejo constituye la caída de los otros. Creo que no sirvo como periodista imparcial.

"Hago canciones y pertenezco a la generación de la Trova Rosarina, a quien eximo en este episodio desafortunado. Me hago cargo en un todo: ojalá muchos pudieran hacerlo en su vida; así, creo, las relaciones serían más transparentes y legítimas. No fue provocación: fue, eso sí, una vocación por comprobar según mi humilde sentir, que todo lo que sube baja. Y que, como cronista, mejor será que me dedique a otra cosa. Gracias".