La crítica situación financiera por la que atraviesa el Hospital San Carlos de Casilda puso en alerta a autoridades y trabajadores del efector público en busca de soluciones para evitar que colapse el sistema público de salud local.
A la ya abultada deuda que Pami mantiene desde hace tiempo con el nosocomio, se suman atrasos en los pagos de otras obras sociales e incumplimientos de la provincia en el desembolso de partidas para gastos de funcionamiento y compras de insumos. El panorama ante la falta de recursos económicos es de tal complejidad que hasta pone en riesgo el sostenimiento y continuidad de las prestaciones que aún no sufrieron importantes recortes, para cubrir la demanda de la creciente afluencia de pacientes, tanto casildenses como de la zona, que se atienden en el hospital.
Según datos oficiales a los que tuvo acceso LaCapital, el Ministerio de Salud santafesino le debe al establecimiento sanitario de Casilda casi 8 millones de pesos que se generaron desde el mes de julio, lo que imposibilita a la entidad hospitalaria cumplir con los pagos a proveedores de medicamentos, material descartable, oxígeno, prótesis, reactivos de laboratorio, y artículos de higiene y limpieza, entre otros productos.