Al cabo de los primeros nueve meses de 2019 el atesoramiento alcanzó u$s22.749 millones. En septiembre pasado los datos del balance cambiario mostraron un monto de compra de dólares para atesoramiento de u$s3.013 millones.

En septiembre pasado los datos del balance cambiario mostraron un monto de compra de dólares para atesoramiento de u$s3.013 millones. Así, el primer mes bajo el imperio del “cepo I” mantuvo un alto nivel en la salida de capitales.

Es que si bien la “fuga” de residentes bajo la figura de inversiones directas y otras en el exterior se redujo sustancialmente frente al récord de agosto, la “fuga” vía la compra de billetes se mantuvo por encima de los u$s2.200 millones. De ahí que con los números preliminares de octubre, que aún no se conocen oficialmente, al Gobierno no le quedó más remedio que implementar el torniquete del “cepo II” para frenar la sangría.

De esta manera, al cabo de los primeros nueve meses de 2019 el atesoramiento alcanzó u$s22.749 millones. Basta con señalar que esto equivalió al 47% de las reservas brutas del BCRA de fin de septiembre (y se estima que al 100% de las reservas líquidas). Es la prueba más contundente de la desconfianza e incertidumbre que viene dominando la toma de decisiones de los agentes económicos. Pero nobleza obliga, este temor o cautela ya formó parte del escenario macro desde el advenimiento de Cambiemos en el poder.

Al cabo de 46 meses de gestión, contemplando diciembre 2015, el FAE suma u$s84.102 millones, unos u$s1.828 millones mensuales. De esta magnitud tendría que haber sido, como mínimo, el superávit comercial desde fin de 2015 sólo para satisfacer la demanda por atesoramiento. Claro que ello no ocurrió y fue el ingreso de capitales financieros (principalmente vía deuda pública) el que fue cubriendo el desfase. El resto es historia.

En todos estos meses de la era Macri, sólo la compra de billetes para atesorar sumó u$s62.351 millones. Sin duda, ya sin cepo, la gente se fue dolarizando desde el vamos.