Lindsey Bone, una estudiante de la Universidad de Sussex en Brighton, murió tras someterse a una estricta dieta que la obligaba a ayunar y a consumir tabletas de vinagre de sidra de manzana como suplemento dietético para quemar grasas. Ella deseaba bajar de peso antes de sus vacaciones pero terminó perdiendo la vida todavía por causas que se desconocen.

La muerte se produjo el pasado 5 de abril, pero trascendió en los últimos días. La joven fue encontrada en el Campus Universitario por sus compañeras de habitación.

Según informó el diario The Telegraph, en el último tiempo Bone había estado muy preocupada por su peso y comenzó a tomar unas pastillas de sidra de manzana que se promocionaban como "supresor natural del apetito" o "suplemento para perder peso".

La oficial forense Clarie Rogers encontró un cuaderno dentro de la habitación de Bone que usaba a modo de agenda, en el cual la joven había escrito que se quedaba en la biblioteca "para no comer", decía que consumía "carbohidratos una vez al día, si es que hay", y que no comía "más de 1.200 calorías al día". También señalaba que merendaba frutas y tomaba "vinagre de sidra de manzana".

Rogers contó que los escritos daban a entender que Bone era "muy negativa consigo misma". Algo que fue confirmado por la mamá de la joven, Mandy, que aseguró que su hija consumía vinagre de sidra antes de cada comida desde hacía dos años.

Además, esta madre definió a Bone como "maravillosa y fuerte". "Ella quería ir a la universidad, hacerlo lo mejor que pudiera y honrar a su padre. Tenía tantos planes para el futuro...", se lamentó la mujer.

Varios medios británicos informaron que la estudiante había estado tomando antidepresivos desde mayo de 2018, cuando murió su papá. Estos medicamentos, combinados con la extrema dieta que estaba realizando podrían haber sido los causales de su muerte.