Se organizan las nuevas relaciones con el FMI con el apoyo de Trump al presidente electo y los intentos del gobierno de Mauricio Macri de una misión conjunta hacia Washington. 

La transición de poder continúa en Argentina, en un contexto de crisis regional y de disputa política. A esto se le suma las relaciones que se establecen entre la Casa Blanca, el FMI y Argentina, para encauzar el traspaso de la manera más ordenada.

Trump dialogó con Alberto Fernández y lo felicitó por su victoria luego de las elecciones generales. El presidente norteamericano ratificó el apoyo al nuevo presidente y afirmó que intervendrá en su relación con el FMI.

Si bien no hay una respuesta oficial por parte de Fernández, se conoció que mantuvo reuniones con miembros del gobierno estadounidense en su visita a México. Una de ellas, el almuerzo que mantuvo poco antes de emprender el regreso a Buenos Aires con Mauricio Claver, director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Washigton. Pero hubo otro contacto con un enviado de Departamento de Estado que no fue publicitado, no tuvo foto y se quiso guardar en absoluta reserva.

Mantener buenas relaciones con Argentinas significa para Trump tener un punto de apoyo para el control de una región convulsionada como lo es Latinoamérica hoy. Y le otorgaría un mejor y mayor margen al FMI para su injerencia regional. Es decir, es una herramienta la decisión de Trump de jugar “portándose mucho mejor que Brasil” para balancear el dominio.

El FMI dijo ayer que esta listo para negociar. Incluso, utilizando lenguaje vaticano, están dispuestos a hacerlo con los economistas de Alberto F. antes de la asunción presidencial. Hernán Lacunza avisó que él acompaña si hace falta.