“Quiero un robot con la cara de Leo Messi”, dice el cliente. “Por supuesto, empezaremos a fabricarlo y le enviaremos un correo electrónico ni bien esté listo”, responde el vendedor. Esa conversación parece extraída de una película de ciencia ficción, aunque pronto podría oírse en el mundo real.

Tal como cuentan en New York Post, la startup rusa Promobot anunció que ya inició la producción en masa de Robo-C, su producto estrella. Se trata de un autómata humanoide hiperrealista, cuyo aspecto puede ser configurado a gusto del comprador. Tanto, que puede encargarlo con la cara de cualquier persona en el mundo, celebridades incluidas.

“¿Imagina una réplica de Michael Jordan en una tienda vendiendo uniformes de básquet, o un robot con el rostro de William Shakespeare leyendo sus propios textos en un museo?”, comentó Aleksei Iuzhakov, presidente de Promobot, empresa que fue fundada en 2015.

¿Qué ocurrirá con los derechos de imagen? ¿Acaso en el futuro cercano alguien podrá fabricar un robot con tu rostro y ponerlo en funcionamiento, sin autorización alguna? Las gacetillas oficiales de Promobot no hacen mención al respecto, aunque sin lugar a dudas aquel es un punto que genera controversias.

Por lo demás, no será sólo una cuestión visual sino que la imitación será más generalizada. “Podemos construir un modelo lingüístico basado en frases populares de una persona en particular. El robot se comunicará y responderá preguntas analizando expresiones frecuentes del ‘original’, utilizando un cierto contexto de conocimiento de esta persona”, explican desde la empresa rusa.

Robo-C, más que un clon

Más allá de su capacidad para imitar el aspecto de cualquier persona, este autómata también emula otras acciones típicamente humanas. Es capaz de copiar hasta 600 expresiones faciales, mover los ojos, las cejas, los labios y otros músculos, informa el fabricante. Asimismo aseguran que este robot con piel artificial muy realista también podrá mantener conversaciones lógicas y responder preguntas.

En ese sentido, auguran que “eliminará la barrera en la interacción humano-maquina” y que servirá para reemplazar a empleados en diversos ámbitos y tareas. Señalan que este invento podrá atender clientes por caso en oficinas, negocios y bancos, y que también servirá como acompañante o asistente personal en los hogares inteligentes, además de entregar beneficios en el ámbito educativo.

Cabe señalar que esta particularísima máquina no camina, sino que se trata únicamente de un torso, cuya autonomía es de ocho horas. Los que quieran tener uno en casa o en el negocio deberán pagar nada menos que 19.000 dólares.

Si Promobot recibiese muchísimos pedidos, tal como aseguran desde la startup, quizá las ganancias sean suficientes para afrontar la posible ola de juicios de aquellos que, en este mundo futurista, encuentren a un robot con su mismo rostro y expresiones.