En el medio de las manifestaciones, la presidente provisional le da forma a su gobierno y Evo Morales dice que está dispuesto a volver si su pueblo se lo pide.

 

Este miércoles se registraron violentos incidentes en el centro de La Paz entre manifestantes seguidores del ex presidente Evo Morales y efectivos policiales y militares.

Los choques se produjeron en las cercanías de la plaza Murillo donde en ese mismo momento la presidente interina, Jeanine Áñez, nombraba a su nueva cúpula militar, según fuentes de la AFP.

Los manifestantes exigieron la restitución de Morales al poder y el respeto por los símbolos como la "whipala", la cual representa a las nacionalidades indígenas.

Frente a los disturbios, los policías lanzaron gas lacrimógeno para dispersarlos y utilizaron un vehículo militar blindado para recorrer la zona.

El "Estado nos necesita más que nunca para mantener la paz", reafirmó el general Carlos Orellana, nuevo comandante de las tres ramas de las fuerzas armadas (ejército, aviación y armada).

Por su parte, Evo Morales, en su primera conferencia de prensa desde el exilio, dijo que estaba dispuesto a regresar para "pacificar" el país si los bolivianos se lo piden y aseguró que dimitió para detener la violencia.

"Si mi pueblo pide, estamos dispuestos a volver", afirmó el ex presidente. Además, agregó: "Vamos a volver tarde o temprano (...) mejor lo antes posible para pacificar Bolivia".

Las manifestaciones se siguen desarrollando en La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz.