La lucha que las mujeres están peleando para la protección, resguardo de su integridad y derechos coloca a todos los que atentan con ellos en un escenario complicado. Sucede que desde que se alzaron varias voces para decir "basta" varios casos de violencia de género, acoso sexual y otras desafortunadas cuestiones quedaron expuestos en los medios y sometidos al escarnio público. Uno de los que cayó en la "lista negra" fue Plácido Domingo quien desde hace un año viene recibiendo denuncias por acoso sexual a tal punto que, la suma total de las aparentes víctimas dio 21, y el número alarmó a los productores teatrales que trabajaban con el ilustre tenor madrileño, hecho por el cual, fue desplazado de varios shows montados en teatros estadounidenses y en esta oportunidad salió a reflotar el tema para reafirmar su inocencia y contar detalles de los arduos meses que le tocó vivir.

Luego del repertorio de denuncias que recibió, el tenor reapareció luego de las denuncias en Valencia, España, durante los ensayos de la ópera Nabucco y reafirmó su inocencia en los programas españoles ABC y El Confidencial afirmando que "nunca se comportó del modo acosador, agresivo y vulgar que le reprochan y que fue galante en los límites de la caballerosidad".

Recordemos que el pasado verano el destacado cantante de ópera fue denunciado por varias mujeres. Frente a un cuadro aterrador para su trayectoria, Plácido debió renunciar a una ópera de Los Ángeles y aseguró que "vivió meses muy difíciles" pese a haber recibido el aval moral de su familia, amigos, conocidos y fanáticos. Domingo remarcó que "nunca prometió a nadie un papel y mucho menos una carrera" y añadió que "no obstaculizó el camino de nadie".

Asimismo indicó que le sorprendieron las cancelaciones de los teatros estadounidenses y contrastó la situación frente a los europeos, de quienes asegura que se enfocaron en su impecable trayectoria y no en unas acusaciones que nunca llegaron a plasmarse en denuncias concretas. "Ante la opinión pública fui acusado, juzgado y sentenciado, todo de un solo golpe sin el más mínimo beneficio de la duda, incapaz de hacer o decir nada ante una maniobra increíble e imparable", descargó sincero.

Lo cierto es que admitió sus ganas de dejar la ópera en breve por la intensidad de los ensayos y el poco tiempo que le queda para su vida cotidiana por la sobre demanda de funciones. A su vez aclaró que la ópera estadounidense la dejó por respeto y puntualizó la calidez de los españoles de quienes contó: "Son cálidos, afectuosos y cariñosos. Existe una "cultura del piropo" y siempre fui "galante", pero en los límites de la caballerosidad, el respeto y la sensibilidad". Como en todos estos casos, la última palabra la tiene el tiempo y los hechos concretos. Veremos que pasa.