María Esther, la joven empleada de la panadería Santa Catalina atacada por Jorge Romero en 2013 revivió la agresión que sufrió y se solidarizó con la familia de Gabriela Degiorigio, la comerciante asesinada en su local de Esperanza el pasado viernes.

María Esther, la joven empleada de la panadería Santa Catalina atacada por Jorge Romero en 2013 revivió la agresión que sufrió y se solidarizó con la familia de Gabriela Degiorigio, la comerciante asesinada en su local de Esperanza el pasado viernes.

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Esperanza: asesinan a comerciante e investigan el hecho

La joven dijo se comunicó con la familia de la comerciante y reclamó reclusión perpetua para el femicida que salió en agostó tras una condena de seis años por la agresión a María Esther. Además, relató que hace unos años recibió una notificación de la Justicia donde le informaban que Romero estaba siendo evaluado para otorgarle salidas transitorias, sin embargo, los estudios psiquiátricos determinaron que “no puede controlar sus impulsos, es un psicópata”.

En diálogo con el Canal Veo Santa Fe sostuvo que "quedé helada con la noticia y la verdad que es un dolor impresionante porque quizás sabiendo sabiendo de que él tenía problemas mentales y no controlaba sus impulsos y era una persona antisocial, según lo que a mí me dicen en la cédula de las entrevistas que le hicieron en la Justicia".

"Ellos sabían lo que lo que era esa persona y que iba a volver a cometer al delito una y otra vez, porque es un psicópata reincidente y sin embargo no se han cumplido las leyes y ha salido. Quiero darle mis más sentido pésame a la familia y todo mi respeto a la familia de Gabriela, yo estuve comunicada con ellos y están en su peor momento de dolor. Yo creo que hoy soy la voz de Gabriela para pedir justicia, para pedir una reclusión a perpetua", volvió a insistir.