El megabuscador Google anunció que va a poner restricciones a las campañas políticas para anunciarse en sus búsquedas, un movimiento que deja aún más aislado a Facebook en su decisión de no interferir en lo que se dice en su plataforma. El sitio controla alrededor del 90% del mercado de búsquedas y a través de todos sus productos tiene información de sus usuarios que permite localizarlos con mucho detalle para los anunciantes, su principal vía de ingresos. A partir de ahora, las campañas políticas podrán ser dirigidas por edad, género y localización hasta el nivel de código postal, pero no en función de los intereses del usuario, que se deducen de su historial de búsquedas y navegación.

La nueva política se pondrá en marcha primero en el Reino Unido, donde se celebran elecciones el próximo 12 de diciembre. A fin de año se extenderá a toda la Unión Europea y será mundial a partir del 6 de enero.

La decisión de Google le agrega más presión a Facebook, la red social más grande del mundo. Su fundador y principal ejecutivo, Mark Zuckerberg dejó en claro que no piensa controlar el contenido de los anuncios políticos, más allá de si incumplen sus normas de civismo. Varios líderes demócratas expresaron su estupefacción ante la posición de Zuckerberg, ya que abre la puerta a una repetición de la campaña de 2016. En aquellas elecciones, el equipo de Donald Trump, por un lado, y hackers respaldados por el Gobierno ruso por otro, lanzaron una campaña masiva de desinformación en las redes para desincentivar el voto demócrata y exacerbar el voto extremista. Gracias a los datos de la red social, pudieron elegir quirúrgicamente los votantes y distritos que necesitaban.

En octubre, la red social Twitter puso sobre la mesa el debate de los anuncios políticos frente a las campañas de 2020. Su fundador y principal ejecutivo, Jack Dorsey, anunció que prohibirá todos los anuncios políticos. Para el CEO, aún no están claras las herramientas y las reglas para utilizar el poder que dan las nuevas tecnologías y por tanto decidió eliminar por completo temporalmente los anuncios políticos.

“Dada la reciente preocupación y los debates sobre los anuncios políticos, y la importancia de que haya confianza en el proceso democrático, queremos mejorar la confianza de los votantes en los anuncios que puedan ver en nuestras plataformas”, comunicó Google, que posee el navegador Chrome y la red de videos online YouTube.

La empresa explica que vende anuncios en búsquedas, en los videos de YouTube y en páginas web. Google publica un informe detallado de lo que se gasta en campañas políticas en su plataforma y quién lo hace. La empresa aseguró que nunca permitió anuncios dirigidos al detalle, pero aún así cree que puede “hacer más” y por eso estableció nuevas restricciones. “Los anunciantes políticos pueden seguir haciendo un targeting de contexto, por supuesto, como anunciarse a gente que busca una historia sobre economía, por ejemplo. Esto es coherente con prácticas establecidas desde hace tiempo en medios como televisión, radio y periódicos y el resultado es que los anuncios se ven más y se pueden discutir públicamente”, aclaró.

También indicó que siempre estuvo prohibido mentir en los anuncios que contratan sus plataformas. Pero ahora añadirá nuevas normas “para hacerlo más explícito”. Por ejemplo, estarán prohibidos los deep fakes, fotos o videos manipulados de manera tan sofisticada que son indistinguibles de la realidad. También estará prohibido contenido engañoso sobre el censo o “anuncios que hagan afirmaciones que puedan demostrarse falsas y dañar significativamente la participación o la confianza en la elección o el proceso democrático”, en una referencia inequívoca a los sucesos de 2016 en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos y el referéndum sobre el Brexit.