Antes de asumir como diputada provincial, Amalia Granata, renunció al bloque de Unite y decidió armar su propia bancada en la Cámara baja, debido a las diferencias con cuatro de los integrantes de su sector.
Luego de las votaciones del 16 de junio, Amalia Granata se había convertido en la líder de la tercera lista a diputados más votada en las elecciones generales provinciales. Su triunfo fue promovido por la campaña del pañuelo celeste, en contra de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, y apoyada por el clero de la iglesia, entre ellos, el pastor evangelista Walter Ghione, el profesor de teología Juan Domingo Argañaraz y dos personas vinculadas al catolicismo como Nicolás Mayoraz y Natalia Armas.
Sin embargo, desde hace unas semanas, como advirtió Sin Mordaza, las discusiones dentro del de Unite comenzaron a crecer y finalmente el bloque se disgregó. En su momento, el ambicioso pastor había criticado a Granata por su acercamiento al PRO, mientras que los roces entre las posiciones evangélicas y católicas con respecto al aborto terminaron por separar a un sector que el oportunismo había logrado reunir.
Finalmente, Granata resolvió abandonar Unite y conformar, junto a la diputada electa Betina Florito, un nuevo bloque denominado "Somos Vida". Mientras tanto, el resto de los diputados electos, continuarán aunados en el bloque que en junio obtuvo más de 300 mil votos.
Pese a que la política es tan antigua como el hombre mismo, la panelista y conductora, pareció descubrir, ahora, que "la política está llena de engaños y tentaciones. De falsas promesas y alianzas que se desarman y rearman al igual que se cambian convicciones como si fuera una remera”, sentenció en su cuenta de Facebook.
El bloque que se había unido a favor de la vida, dejará a Granata en minoría, y con la ardua tarea de liderar la discusión contra el aborto, luego de que el mismísimo presidente electo, Alberto Fernández, se encargara de anunciar.