El salto devaluatorio afectó el nivel de actividad que bajó un -2,1% durante septiembre en relación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) que difundió esta tarde el INDEC.

 

A su vez, la medición contra agosto pasado en forma “desestacionalizada”, el mismo indicador, mostró variaciones negativas del 1,6% en la comparación intermensual.

Por sectores
Según el relevamiento del INDEC, durante septiembre se dio una evolución dispar en los sectores monitoreados:

Entre los de mayores caídas se encuentran:

Pesca: -44,2%
Intermediación financiera: -14,6%.
Construcción: - 6,5%.
Comercio mayorista, minorista y reparaciones: -5,2%.
Industria: -5%.
Los 3 sectores que explican en mayor medida el crecimiento fueron:

Agricultura, ganadería, caza y silvicultura: +11,8%.
Explotación de minas y canteras: +2,2%.
Actividades inmobiliarias y de alquiler: +1,5%.
La realidad de las urnas tiró por la borda el programa de estabilidad macroeconómica que se evidenciaba muy permeable ante acontecimientos de alto impacto.

Tras las elecciones, en el medio de la corrida contra el Peso, el cimbronazo activó los fusibles en el Ejecutivo Nacional. Renuncia de ministros, cambios en el equipo del gabinete económico y medidas del Banco Central para encauzar la estabilidad en el mercado de cambios. Ante eventos de sangría de reservas, tras desarme de posiciones en pesos que rápidamente se fueron al dólar y salida de depósitos, el Gobierno optó por imponer un control de cambios, con el objetivo de acotar la demanda del billete y evitar que sigan las presiones sobre el tipo de cambio. Todos estos eventos afectaron el nivel de actividad y modificaron las expectativas, que según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central (BCRA), el 2019 cerrará con una inflación de 55,6% y una caída del 3% en el Producto Bruto Interno (PBI).