La cúpula de la central obrera cree viable diferir el arranque de las negociaciones salariales a cambio de obtener un aumento en suma fija.

 


La CGT analiza postergar las paritarias del año que viene como parte de un acuerdo económico y social con el Gobierno de Alberto Fernández y las cámaras empresariales. Ese entendimiento debería incluir el pago de una suma fija no remunerativa. El mismo, orientado a apuntalar el consumo. Esto tal como adelantó este diario para los trabajadores del sector privado y también para los estatales, los jubilados y los beneficiarios de planes sociales.

Propuesta

La propuesta de diferir las negociaciones salariales para facilitar los pagos fijos fue discutida la semana pasada por la “mesa chica” de la CGT. Fue a partir de los contactos previos de la central sindical con el futuro ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y con las entidades de empresarios encabezadas por la Unión Industrial Argentina (UIA). La concesión no implicaría congelar las paritarias vigentes, los aumentos pendientes ni las revisiones pautadas por cláusulas específicas en las discusiones de este año.

Se trata de un gesto del sindicalismo tradicional destinado a aceitar la conversación con el empresariado. Esto con vistas a un eventual congelamiento de precios y salarios, la base desde la cual Alberto Fernández espera proyectar un entendimiento de mayor envergadura con posibilidad de extenderlo a lo largo de todo su mandato.

UIA

En la UIA, la cámara patronal más interiorizada de las negociaciones, alientan esta posibilidad y la creen condición necesaria para facilitar un incremento de sueldos universal. La categoría de no remunerativo haría el aumento más asequible en tanto que debería ir acompañado, dicen en la entidad, del otorgamiento de líneas de crédito blandas y facilidades impositivas para disponerlo.

Ministerio de Trabajo

Moroni, por su parte, espera llamar al menos de manera informal a empresarios y sindicalistas apenas iniciada la gestión para dar una señal en ese sentido. La premisa inicial era disponer incrementos sobre los sectores más postergados, pero la dificultad para establecer una línea de corte hizo revisar esa iniciativa para reconvertirla en una suba decretada, siempre bajo el paraguas del acuerdo, para todos los trabajadores sin distinción.

El modelo más cercano lo instauraron los aumentos en suma fija resueltos por decretos desde 2003 en la gestión de Eduardo Duhalde y que continuó en sus primeros años al frente del Ejecutivo Néstor Kirchner. En aquellas circunstancias, luego de años de paralización de las paritarias, las subas terminaron por ser el disparador de la reanudación de las discusiones formales y dinamizaron el ritmo de las nuevas conversaciones de partes.

El objetivo actual sería similar: poner dinero en los bolsillos de los asalariados -los de mejores ingresos no tendrían la posibilidad de transformarlo en dólares por el cepo vigente- al menos costo posible para los empresarios y posponer las paritarias con una nueva base de sueldos incrementada por el decreto.

Apoyo

El plan cuenta con el aval mayoritario de los sectores más tradicionales de la CGT, tanto los “gordos” de los grandes gremios de servicios como los “independientes” de buen diálogo con cada gobierno. Ambos sectores sostienen la actual conducción de la central. Sin embargo, corre riesgos por parte de sectores disidentes como el de Hugo Moyano, poco proclive a aceptar el encorsetamiento de sus discusiones salariales. El camionero representa además el Frente Sindical por el Modelo Nacional que incluye a la Asociación Bancaria y los mecánicos del Smata, así como la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) que integran los gráficos (FGB), los pilotos (APLA) y los docentes privados (Sadop) entre otros gremios.

Otro posible escollo es el sector de Luis Barrionuevo, que en la CGT cuenta con Carlos Acuña como referente y cotitular de la organización. “Acá los que nunca ponen nada y tienen que empezar a poner son los empresarios. Los trabajadores no tienen más nada que aportar. Lo dije en la reunión (este martes) del Consejo Directivo: es hora de que los empresarios bajen los precios de los productos básicos de consumo, y si tienen que empatar un tiempo y dejar de ganar, que lo hagan”, avisó Acuña.

El jefe del gremio del personal de estaciones de servicio advirtió, además, que cree “difícil” que los empresarios puedan pagar una suma fija no remunerativa por decreto: “Si lo pueden dar, bienvenido, pero no creo que sea tan viable. Lo importante acá es lo que vayan a aportar las empresas monopólicas de productos de consumo masivo que en estos dos meses hicieron otro colchón más con el aumento de todos sus precios”, agregó.