Cuando los Guaraníes tomaban mate, no lo hacían encantados por su sabor sino porque sabían que era uno de los mejores remedios de la naturaleza para el cuerpo.

La fecha declarada para conmemorarlo, tiene que ver con el nacimiento del comandante Andresito Guazurarí (1778-1821), que fue gobernador de la provincia grande de Misiones de 1815 a 1819. Fue él quien fomentó la producción y dio un gran impulso a la comercialización de la yerba mate.

Hasta ahora se comprobó que la yerba es un estimulante que nos ayuda a concentrarnos tanto o más que el café, que nos relaja porque al ser compartido socialmente nos permite tejer lazos de amistad y camaradería.

Tomar mate es una compañía para esos momentos de mucho trabajo o estudio, cuando estamos de vacaciones o para amenizar los viajes largos. "Calma el hambre y por eso ayuda en la dietas para descender el peso", dice a Con Bienestar la licenciada en nutrición Teresa Cóccaro (MN 5705) .

Su consumo, bajo la forma de mate tradicional (sin agregado de azúcar), aporta al organismo gran cantidad de polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas. "Estaría asociado a la resistencia física. Tomar mate colabora con la aceleración del metabolismo, lo cual se logra haciendo que el cuerpo consuma de manera más rápida las calorías", explica la nutricionista.

También hay estudios que revelan que podría ayudar en la lucha contra el Parkinson ya que la yerba mate tiene un efecto neuroprotector debido a que tiene la propiedad de prolongar la vida de ciertas neuronas.

Respecto a la salud cardiovascular, al tener una buena cantidad de antioxidantes, el mate puede ayudar a prevenir que la grasa se acumule en las arterias. "Este es un aspecto sumamente importante del consumo de esta tradicional bebida", resalta Cóccaro.