Vía su cuenta de Twitter el presidente de EE.UU. criticó las devaluaciones del peso y del real. La próxima cumbre regional abre interrogantes.

 


De un “tuitazo” ayer el presidente Trump casi borró uno de los pocos triunfos comerciales y diplomáticos que el Gobierno de Cambiemos aún puede lucir. Es que Trump, argumentando el daño de las desleales devaluaciones del peso y del real para los agricultores norteamericanos prometió, con tono amenazante, reimplementar los aranceles a las importaciones de productos siderúrgicos de Argentina y de Brasil. Lo curioso es que las siderúrgicas tienen casi el 65% de sus costos dolarizados.

Guerra comercial

Sin duda, más allá de las clásicas teorías conspirativas, lo cierto es que la guerra comercial entre el gigante chino y EE.UU. vuelve a involucrar a terceros países. En esta oportunidad le tocó a los principales referentes del Mercosur (aunque anoche se conocía que también Francia caería en la volteada). Por lo pronto la amenaza tuitera de Trump generó un revuelo entre los industriales siderúrgicos de ambos países. En el caso de Argentina los más afectados serían Tenaris y Ternium, del Grupo Techint; Gerdau del homónimo grupo brasileño; Acindar, del Grupo indio ArcelorMittal y Aluar del grupo Madanes. Mientras que en Brasil usinas como Gerdau, Usiminas, CSN, Alcoa, y otros también serían alcanzados por la medida de Trump.

Leer más: Estados Unidos volverá a imponer aranceles al aluminio y el acero de la Argentina

Ahora bien, teniendo en cuenta que el Mercosur no atraviesa, precisamente, por uno de sus mejores momentos, sino todo lo contrario, ello no inhibiría de especular con que la amenaza arancelaria de EE.UU. podría inducir a que el Gobierno de Bolsonaro y el del presidente electo Alberto Fernandez terminen sentándose a acordar una estrategia común, más allá de las desavenencias manifestadas recientemente por ambos líderes. Al respecto, algo ayer esbozaron desde el Ministerio de Producción y la Cancillería. Incluso ayer Felipe Solá, que suena como reemplazo del canciller Faurie, se refirió al tema, con sorpresa, pero con optimismo.

Aranceles

Cabe recordar que el año pasado el Gobierno de Macri logró gestionar que Argentina (como Australia, Brasil, Canadá, México y Corea del Sur), fuera excluida de la nómina de países a los que EE.UU. le aplicaría aranceles adicionales a las importaciones siderúrgicas (25%) y de aluminio (10%). Se acordó a cambio un cupo de exportación libres de arancel con un tope de 180.000 toneladas anuales para el aluminio y el acero.

Según datos oficiales esto dio lugar a que Argentina exportara en 2018 u$s700 millones al mercado norteamericano, cumpliendo casi por completo con las cuotas de exportación. Mientras en lo que va de 2019, ya se realizaron ventas externas a EE.UU. por más de u$s520 millones. Cabe señalar que el principal damnificado por la amenaza de Trump sería Tenaris, porque la mayor parte de la cuota siderúrgica son exportaciones de tubos.

Ayer la Cámara Argentina del Acero, que nuclea a las principales usinas, no ocultó su fuerte preocupación por el tuit de Trump que “modifica las condiciones actuales de comercio e imponiendo aranceles a las exportaciones de acero de Argentina y Brasil, en el marco de la Sección 232. Ante esta situación, la Cámara solicitó al Estado argentino que arbitre los medios necesarios para revertir la medida anunciada, la cual perjudicaría la producción siderúrgica argentina y al empleo local”.

“Las exportaciones siderúrgicas de alto valor agregado (como la de tubos) ya se encuentran afectadas por la eliminación de los reintegros de exportación (del 4% al 6%) desde agosto de 2018 y por la imposición de retenciones a los bienes industriales ($3 por dólar exportado) desde septiembre de 2018. Este anuncio, sumado al freno de la actividad en Vaca Muerta y a la caída general en el nivel de actividad industrial del mercado interno, ponen en riesgo los niveles actuales de empleo siderúrgico de calidad y de alto nivel de capacitación, y disminuye la fuerte generación de divisas que el sector aporta”, advierte la Cámara.

También la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) se manifestó ayer sorprendida y preocupada por la decisión de Trump. Ambas entidades solicitaron a los gobiernos de Brasil y Argentina que en la próxima Cumbre del Mercosur, este jueves, aborden el tema conjuntamente, sobre todo porque son socios estratégicos de EE.UU. en su lucha contra la sobrecapacidad de producción de acero global (700 millones de toneladas, sobre todo de China), integrando el Foro Global de Exceso de Capacidad del Acero en el marco de la OCDE.