El nuevo presidente, Alberto Fernández​, salió el martes por la mañana de Puerto Madero a bordo de su auto como había prometido. No sólo eso, él lo manejaba. Y el azar lo acompañó, especialmente a quienes le jugaron al número de su patente. Sin embargo, se lo vio ofuscado cuando notó los bollos y rayones que los militantes le dejaron a su vehículo.

Para los quinieleros, ver a través de la televisión cómo se desplazaba el Toyota del flamante presidente Alberto Fernández fue una luz que iluminó todo. La patente en primer plano: AD 769 SI. Era el dato necesario para que hicieran sus apuestas.

Y apostaron el 769 a la cabeza. Dos horas después, a las 14, el presagio se les convirtió en dinero: a la cabeza de la Quiniela Nacional salió el 769.

Un rato antes, a diferencia del traslado matutino desde su casa hasta el Congreso, donde manejó él, Alberto llegó a la Rosada en el asiento trasero de su Toyota Corolla, que estuvo rodeado de 5 motos y 7 autos de seguridad.

Cuando estaba a metros del lugar de su asunción, varios militantes se le tiraron encima y le provocaron bollos y rayones al lateral derecho del auto. Al descender en Casa Rosada, se lo vio ofuscado cuando notó los daños. ¿Se los cubrirá el seguro?

Quienes estaban felices fueron los ganadores de la Quiniela: jugando 100 pesos, ganaron 60.000. Casi 1.000 dólares. Si apostaron a los 5 se llevaron 12.000 pesos, si jugaron a los 10 ganaron 6.000 y si lo hicieron a los 20 se llevaron 3.000.